Con la llegada del invierno, comenzamos a poner foco en los resfríos, la gripe y otras infecciones, pero el frío también causa dolores a nivel muscular o articular. Entre ellos, los dolores de espalda.
Según estadísticas de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP, por sus siglas en inglés), con sede en Washington, el 30% de la población mundial padece dolencias crónicas -que se prolongan entre tres y seis meses- y el 80% sufren molestias agudas. Dentro de los afectados, ocho de cada diez sufre en algún momento de sus vidas dolor de espalda, lo que representa la primera causa invalidez y de pérdida de días laborales.
Pero, ¿por qué cuando llega el invierno se intensifican los dolores? "El frío afecta directamente al organismo, la tensión crece a nivel muscular debido a la contracción de los músculos a causa de las bajas temperaturas", explica el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths (Matrícula 9784).
El director de Vertebralle, destaca que ante las bajas temperaturas nuestra primera reacción es tender a encogernos. "Al doblarnos lo que hacemos es contraer involuntariamente todos los músculos del cuerpo, lo que provoca contracturas musculares", afirma.
8 de cada 10 personas sufren en algún momento de sus vidas dolor de espalda.
"El frío hace que nos encojamos y adoptemos malas posturas como elevar los hombros, encorvar el cuerpo, agachar la cabeza y, en definitiva, tensionar todo el cuerpo. Es por eso que tiritamos al perder temperatura, porque el organismo responde contrayendo la musculatura para generar calor, un mecanismo de defensa del cuerpo contra el frío", advierte el especialista.
En esta línea, Barroso Griffiths revela: "Debemos tener en cuenta que unas de las principales causas de las contracturas musculares son las subluxaciones en la columna vertebral. Cuando una vértebra pierde su posición normal atrapando los nervios, los músculos involuntariamente se contraen y se producen múltiples contracturas". Y recomienda: "Una pequeña rutina de movimientos diarios, nos ayudará a disminuir la rigidez corporal".
Asimismo, el experto llama a prestar atención a si estas contracturas musculares se mantienen en el tiempo; ya que, de ser así, afectarán la postura y la alteración de la misma traerá aparejada también, las diferentes alteraciones funcionales, como la disminución de los volúmenes respiratorios, cansancio, menos movilidad articular, alteración de los volúmenes sanguíneos, con fenómenos compresivos de las paredes de venas y arterias, lo que afectará notablemente la circulación.
"A lo largo de todo el invierno, los músculos permanecen más contraídos que el resto del año, algo que obliga a que las articulaciones también se muestren más rígidas, ya que tanto los tendones como todas las fibras musculares están más contraídas. Es importante abrigarnos para no hacernos más daño en las articulaciones, ya que la tirantez muscular las afectará deteriorándolas poco a poco", recomienda el especialista.
Según el quiropráctico, las zonas más perjudicadas por los cambios bruscos de temperatura son la cervical y la dorsal, ambas pueden terminar siendo afectadas por contracturas que originen dolencias persistentes.
El dolor de espalda representa la primera causa invalidez y de pérdidas de días laborales a nivel mundial.
Un dato curioso que brinda el especialista es que las mujeres son más propensas a padecer dolores de espalda, porque son más friolentas y eso hace que adopten posturas incorrectas.
A su vez, las personas que sufren patologías severas en sus músculos tales como artritis o fibromialgia también tienen más posibilidades de sufrir dolores durante el invierno.
Otro de los dolores que afecta particularmente a las personas durante el invierno es el del nervio ciático. "Los meses fríos son mucho más difíciles para las personas que viven con el dolor, especialmente la lumbociatalgia, es decir el dolor punzante en la pierna, porque los músculos se vuelven más rígidos y tensos debido a la disminución del flujo sanguíneo", advierte el especialista, quien brinda consejos para evitarlos.
4 tips para aliviar el dolor de ciática:
1- Evitar los movimientos bruscos
2- Realizar ejercicios de estiramiento, ante cualquier tipo de esfuerzo aflojar los músculos y articulaciones.
3- Mantenerse hidratado de 8 a 10 vasos de agua todos los días.
4- Mantener un peso saludable: el sobrepeso pone presión extra en el nervio ciático.
Enemigos de nuestra espalda
Una de las principales causas por las que el dolor de espalda aumenta en invierno es por el contraste de temperatura entre ambientes cerrados y entorno externos, explica Barroso Griffiths.
Del mismo modo, las corrientes de aire frías o calientes, predisponen a tener posibles contracturas, especialmente, en el cuello y la parte alta de la espalda, que son las zonas más expuestas.
Barroso Griffiths recomienda vestirse "como cebolla": con varias capas de ropa, para ir abrigado pero con la posibilidad de prescindir de parte de las prendas. Además, el especialista hace hincapié en llevar siempre bufanda o pañuelo, para que cuello y cervicales estén abrigados, y así evitar cambios bruscos de temperatura y corrientes de aire.