Ser llamado señor o señora a los 30 años puede ser visto por muchos como una ofensa. Es que con tres décadas uno todavía se siente parte del grupo de los jóvenes. Ahora bien, ¿a qué edad una persona comienza a sentir que ya es hora de incluirse en el bando de los maduros? Un estudio se lo preguntó y aquí está la respuesta.
La consultora Worldwide Independent Network of Market Research realizó una encuesta a nivel global para dilucidar a qué edad las personas dejan de sentirse jóvenes. De dicho estudio participaron 31.890 personas de 41 países, entre fines del 2018 y comienzos del 2019.
Según arrojó en sus conclusiones, los argentinos dejan de sentirse jóvenes en promedio a los 46 años, al igual que los paraguayos, los italianos y los chilenos (seis "pirulos" por encima del promedio mundial que está en 40 años).
Los argentinos dejan de sentirse jóvenes a los 46 años de edad, según la ciencia.
De acuerdo a los datos de la investigación, en Argentina empezamos a sentirnos viejos (que es distinto a dejar de sentirse jóvenes) a los 58 años, en promedio.
Un dato curioso de este estudio es que para los jóvenes de entre 18 y 34 años, la vejez comienza a los 51 años, para los encuestados de entre 35 y 54 años los 60 años, para los mayores de 55 años, llega a los 69 años.
"La autopercepción de la juventud depende de muchos factores y es personal. No deja de incidir la imagen que devuelve el espejo. Pero al mismo tiempo una persona de 60 años puede sentirse joven porque se siente muy vital con sus proyectos", aseguró Claudia Borensztejn, presidente de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), en diálogo con Clarín.
En esta línea, la especialista hizo hincapié en diferenciar entre "vejez corporal" y "mental". "En psicología no tomamos en cuenta la edad física, sino que nos detenemos más en la salud, la vitalidad y el deseo de vivir", reconoció.
Por su parte, el médico psicoanalista Ricardo Rubinstein, quien también es miembro de APA, sostiene que la juventud está estrechamente relacionada con "la capacidad de realizarse en el plano amoroso, material y laboral, y también en la capacidad de elección".
¿No hay tal crisis?
Rubinstein asegura que la mayoría de los argentinos sufre un quiebre a los 40 años conocido como la "crisis de la mediana edad".
"Toman conciencia más profundamente de la muerte y comienzan replantearse la vida. Eligen con más sabiduría y administran mejor sus tiempo", reconoce el especialista. En esta línea, explica que esta crisis se corrió casi diez años en las últimas décadas, debido a la extensión de la expectativa de vida. "Actualmente la encontramos con más frecuencia en personas de 50 años", detalló.