Preocupación por el cierre de bares y restaurantes en Puerto Norte

La zona es una promesa de paseo comercial pero la crisis y la falta de ocupación del barrio afectaron a los locales comerciales y gastronómicos del lugar, que optan por cerrar sus puertas.  

Bares y Restaurantes de Puerto Norte
Bares y Restaurantes de Puerto Norte

Desde la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de Rosario señalan que Puerto Norte tiene mucho potencial pero todavía no encuentra el rumbo. Varios negocios del lugar debieron cerrar sus puertas a causa del atraso en las obras por parte de la firma Ingeconser —fundamentalmente las que corresponden al sector público—, la sobrevaloración de los locales comerciales y la falta de ocupación de los departamentos tanto de Ciudad Ribera como de Forum, en muchos casos por atrasos e incumplimientos.

Rodrigo Pastor, dirigentes de la mencionada entidad admitió que la crisis económica que se vive en el país, sumado a las particularidades de la zona hacen que el corredor comercial y gastronómico "no arranque" y planteo cierta incertidumbre respecto a su futuro.

Entre los locales que decidieron bajar las persianas de forma definitiva son la panadería y confitería Distinción, el restó y cervecería Anker Beer Garden, y el restaurante Maridaje. Además, Fausta Cocina, el restaurante del Puerto Norte Hotel, también estaría por irse.

Si bien el directivo alegó "falta de maduración", lo cierto es que reconoció "falencias, demoras y problemas que hicieron que la zona todavía no haya despegado, y que tampoco se sepa cuándo eso va a suceder".

Una de las grandes razones está relacionada con las obras no realizadas de parte de Ingeconser. "Ya cuando empezamos a ver la posibilidad de instalarnos en la zona tuvimos un retraso de casi un año para poder abrir por los conflictos entre la constructora y el municipio, que no terminaban de habilitar justamente los espacios públicos", detalló Pastor.

"Hay muchas cosas que la empresa no hizo: parquización y otras obras que no se terminaron y todo eso hace que el sector no despegue", dijo.

A esto se le suma la falta de ocupación de los edificios de departamentos, que avanza muy lento, y lo que se cobra mensualmente en esos espacios. Por locales de cien metros cuadrados los propietarios piden 40 mil pesos mensuales.

El propio Pastor admitió que hubo errores graves en el diseño de las obras. "No puede ser que aún no haya de carga y descarga para los proveedores, y que la puerta principal de los comercios por donde ingresan los clientes sea la misma por donde se saca la basura porque no se pensaron ni se diseñaron salidas de servicios".

Pero las críticas no sólo se centraron en los privados. el Ejecutivo Municipal también fue señalado por no garantizar el cumplimiento del convenio urbanístico firmado para el sector como el llamado parque de la Arenera, que según el convenio original, tenía que estar terminado en 2014, pero ahora tiene nuevos plazos de obras porque el avance es prácticamente nulo.