La histórica pizzería a la que Maradona llevó a Doña Tota con su primer sueldo en Argentinos

Cuando el campeón del ‘86 cobró su primer sueldo como futbolista llevó a su mamá a un clásico de Nueva Pompeya que sigue vigente. El lugar aún alberga recuerdos de aquel momento.

La histórica pizzería a la que Maradona llevó a Doña Tota con su primer sueldo en Argentinos
Diego Maradona y sus padres, Don Diego y Doña Tota.

Cuando Diego Armando Maradona cobró su primer sueldo como jugador en Argentinos Juniors le dijo a su mamá, Dalma Salvadora Franco Cariolichi (la famosa Doña Tota) por sorpresa: “Vamos a comer pizza”.

Un joven Maradona, ya prodigioso con la pelota, estaba dando sus primeros pasos en el mundo del fútbol profesional en el club de Paternal y un día especial marcó su historia y la de su madre, Doña Tota: su primer sueldo como futbolista.

Debut de Maradona en la Selección Argentina.
Debut de Maradona en la Selección Argentina.

Es que Doña Tota fue una figura fundamental en la vida de Diego Armando. Más allá de ser simplemente su madre, fue una figura protectora que marcó profundamente la vida y carrera del astro del fútbol.

Por esta razón, Maradona no dudó en llevar a su mamá a celebrar el logro en un lugar que se convertiría en un punto de referencia en la historia del fútbol y la gastronomía porteña: La Rumba, una modesta pizzería ubicada en Nueva Pompeya.

Me fui a una pizzería de Pompeya y me gasté todo el sueldo con mi vieja. Nos comimos todo y nos tomamos todo”, relató un Diego mucho más maduro recordando la hazaña con su característica humildad y devoción por su madre.

La historia se volvió legendaria, no solo por el gesto conmovedor de Maradona hacia su madre, sino también porque La Rumba se convirtió en un punto de referencia para los aficionados al fútbol. El lugar fue recibiendo a fanáticos que buscaban sentir la cercanía con su ídolo y compartir el mismo sabor de la victoria desde aquel 1977.

Dónde queda La Rumba, la pizzería en la que Maradona festejó su primer sueldo

La Rumba sigue abierta en el mismo lugar de entonces, Av. Sáenz 963. Con nuevos colores, con nuevos muebles, pero con la historia intacta: siempre será conocida como el lugar en el que Diego y Doña Tota festejaron ese primer salario, la primera prueba sorteada de aquel pibe de Fiorito que soñaba con ser campeón del mundo.