El chef Henrique Leis, que renunció el pasado mes de julio a la estrella Michelin que ostentaba desde hacía casi 20 años, espera no ver su restaurante en la próxima edición de 2020.
"No voy a perder un año de paz y tranquilidad por causa de un número simbólico", explica Leis, en referencia a renunciar a su estrella un año antes de cumplir 20 en la famosa guía culinaria.
El cocinero declara que la estrella le dio "satisfacción y prestigio", tanto a él como a sus empleados, pero no quiere perder dinero "como hacen algunos", apostilla.
"Ahora todo el mundo quiere tener y mantener una estrella y se gastan millones para eso", revela el brasileño, que señala además que la guía se está volviendo cada vez más homogénea: "no hay apenas diferencias entre restaurantes de una y tres estrellas", precisa.
Sin embargo, a pesar de su discordancia con la guía francesa, el chef admite que la razón principal para la renuncia de su restaurante homónimo es la presión: "de los 70 clientes diarios que tengo cada uno se vuelve en un inspector", confiesa.
Harto de esa situación, el cocinero antepuso este verano su bienestar y tranquilidad al renunciar a la estrella, aunque afirma que su restaurante seguirá siendo el mismo. "Los productos y el concepto continuarán iguales", manifiesta Leis.
Por último, el cocinero expone que no ha recibido presión de ningún tipo por parte de la alta cocina lusa, al contrario, "mis compañeros me han felicitado por mi valentía", concluye.