Con las hojas de arce se hace alcohol y con los cangrejos llegados de otras regiones, un caldo concentrado: en Berlín los cocineros y fabricantes de alimentos están dando un matiz fuera de lo común a la comida local tomando a la misma ciudad como punto de partida.
Hasta ahora, el término "producción regional" solía remitir a que la mercadería provenía de los alrededores de la metrópoli. Pero en el encuentro gourmet "Berlin Food Week", que se celebra del 21 al 27 de octubre, se servirá un menú en el que todos los ingredientes, fuera de la sal y la pimienta, provienen de la capital alemana.
El lema es: "La ciudad se come". Con él, los organizadores impulsan una tendencia que la experta gastronómica Hanni Rützler destacó en su reciente "Food Report".
"Urban food" (comida urbana) es el concepto clave que se utiliza a nivel internacional. La política alemana del partido Los Verdes Renate Künast integra el grupo de los anfitriones.
Para Rützler, no se trata sólo de las pequeñas huertas familiares, de los apicultores urbanos y de sentimientos románticos hacia la naturaleza, sino también de criaderos de hongos "con aspecto de refrigerador" y de "agricultura urbana" con la más moderna tecnología en cuanto a energía en tejados o a lo largo de varios pisos de un edificio, método conocido como agricultura vertical.
Ya sea en Shanghái, Viena o la Universidad Humboldt de Berlín, en muchos lugares se está investigando y experimentando con los alimentos. En la "Food Week" de Berlín, los invitados podrán probar esta nueva tendencia.