Los Wachiturros lograron llevar la cumbia a todo el país. La banda impuso un estilo propio de música y baile que ganó gran reconocimiento en todo el territorio e incluso en el exterior. Pero un hecho fortuito los alejó de los escenarios: el líder DJ Memo fue denunciado en 2011 por tentativa de abuso sexual y el nombre del grupo quedó manchado.
El músico fue sobreseído. Y ahora, diez años después del éxito, todo el equipo confirmó su deseo de regresar a los más grandes escenarios. Si bien continúan haciendo algunas presentaciones en boliches y eventos privados, permanecieron inactivos durante dos años por la pandemia de coronavirus.
Con ganas de recobrar el máximo estrellato del pasado, los Wachiturros aseguran que gracias a la aclaración del caso de DJ Memo, no hay ninguna causa que frene a la banda. “Tenemos ganas de volver por varios motivos. Estamos encarando algo nuevo, algo propio. En su momento éramos empleados y los productores se paseaban en un BMW y nosotros en un Palio”, detallaron en América.
Por qué los Wachiturros tendrían que cambiar de nombre
Un obstáculo legal obligaría a la agrupación a cambiar de nombre, ya que sus antiguos productores son los dueños de la marca. En ese sentido aseguraron que no tendrían ningún problema, ya que su objetivo es “llevarle alegría a los argentinos”.
La denuncia por abuso contra DJ Memo de Los Wachiturros
En 2011 una chica aseguró que DJ Memo intentó abusar de ella dentro de una combi en la que se movilizaba todo el grupo. La joven contó que se retiró de inmediato del vehículo para dar aviso a sus familiares. Ocho años después, el acusado fue sobreseído y defendió su inocencia: “Yo no tenía nada que ver”.
“Pienso que fue todo para bajar el grupo. Teníamos tantas demandas que se cayeron las presentaciones. Esto generó una molestia a otro tipo de productores y bueno… El Chino de La Nueva Luna no quería estar con nosotros en un cartel, por ejemplo”, contó.
Y detalló el padecimiento que sufrió por la acusación: “Nos hicieron de lado para que se dejara de hablar de los Wachiturros. El abogado de la chica me pidió una cierta cantidad de plata para bajar la causa. Mi abogado me dijo que no, que íbamos a ir hasta el fondo con esto. Estuve ocho años yendo a Santiago del Estero para pedir un juicio. A raíz de lo que me pasó, el grupo no tuvo mucha repercusión”.