“Puerta Grande”: la obra que nació en un living y se convirtió en un homenaje a la amistad

En diálogo con Vía País, las protagonistas y el director revelaron cómo construyeron un relato íntimo donde la música, las emociones y el presente se vuelven protagonistas absolutos.

“Puerta Grande”: la obra que nació en un living y se convirtió en un homenaje a la amistad
“Puerta Grande”: la obra que nació en un living y se convirtió en un homenaje a la amistad.

“Puerta Grande” es una obra que explora con sensibilidad y profundidad el vínculo entre dos amigas unidas por una historia en común y separadas por un acontecimiento inesperado que marca un antes y un después en sus vidas. A través de una narrativa íntima y poética, la puesta invita al público en el Teatro Kairós a reflexionar sobre la ausencia, el paso del tiempo y las formas en que el amor, la memoria y el dolor conviven en los espacios vacíos que deja la pérdida.

Puerta Grande.
Puerta Grande.

En una nota exclusiva para Vía País, tanto las protagonistas y autoras (Camila Pérez De Francia y Abril Vergara) como el director (Marcelo Albamonte), profundizaron en los aspectos centrales de la obra, brindando una mirada íntima detrás del escenario, revelando los desafíos de dar vida a un relato que refleja las grandes emociones.

El detrás emocional de “Puerta Grande”, revelado por el elenco y el director de la obra

—¿Cómo fue el proceso de interpretación desde que tuvieron el guion en sus manos?

Abril: En realidad, fue a la inversa, porque no tuvimos un guion para arrancar. Iniciamos con una idea con un juego en el living de mi casa, más que nada con el deseo de contar algo. Nosotras estudiamos en Otro Mundo y tenemos una materia que se llama Autogestión y te impulsan a generar tus propios proyectos y nos pasaba que no nos gustaba en lo que participamos, había algo que no fluía, y se nos ocurrió hacer algo juntas.

Camila: Puerta Grande fue un proceso de tres años. Primero fue un germen de 15 minutos, después llegó a 40 gracias a oportunidades dentro de la escuela, y recién el año pasado alcanzamos la versión final. Hasta hace quince días imprimí por primera vez el libreto completo, porque siempre lo estábamos cambiando. La gente que vino varias veces nos dice: “Siempre le encuentro algo nuevo”. Es como un elige tu propia aventura.

—¿Cómo se refleja su vínculo en escena y qué relación une a sus personajes?

Camila: La obra es un homenaje a la amistad en su máxima expresión. Desde los códigos internos hasta los celos, los cambios personales y las diferencias que aparecen mientras ambas crecen. Para nosotras, lo más importante es ese vínculo: un amor que no es romántico, pero que sostiene y atraviesa todo.

Puerta Grande.
Puerta Grande.

Abril: Exacto. Hablamos mucho del amor romántico, pero pocas veces del amor-amistad, que es fundamental en la vida de cualquiera.

—Marcelo, vos te incorporaste más tarde al proyecto. ¿Qué te inspiró a dirigir esta obra?

Director: Yo llegué cuando ellas ya tenían una versión bastante avanzada y estaban rearmándola en formato extendido. Me convocaron primero para mostrarla en la facultad y después en el Teatro Kairós. Las chicas tenían mucho trabajo hecho; yo intenté respetar esa esencia. Me sumé para aportar mi mirada, pero siempre cuidando no intervenir más de lo necesario, porque el proyecto es de ellas. Fue un trabajo placentero y, diría, fácil: conecté enseguida con el material.

—La obra tiene una atmósfera muy particular. ¿Cómo la construyeron y qué buscan generar en el público?

Camila: Un factor clave es la música. Hay dos músicas en vivo y nuestra directora musical, Matu, está con nosotras desde que la obra duraba 15 minutos. La música cuenta tanto como la palabra; genera climas y sostiene ese universo íntimo que buscamos.

Abril: La obra necesita que estemos conectados: nosotras, las músicas y todo el equipo. No buscamos generar algo específico, pero sí sentimos que provoca algo profundo. Gente que vino tres o cuatro veces nos dice que sigue llorando cada vez. Es un viaje emocional, y si nosotras subimos a ese viaje, el público se sube también.

Puerta Grande.
Puerta Grande.

—La obra aborda temas muy emocionales. ¿Algo personal influyó en la escritura?

Abril: Sí, la escribimos juntas y ambas compartimos un miedo muy grande a la pérdida. No queríamos hablar directamente de eso, pero el proceso nos enfrentó a esos miedos y nos permitió exorcizarlos. Yo, por ejemplo, odiaba el olor a jazmín porque lo asociaba a la muerte. Lo usamos como símbolo en la obra y, después del estreno, Cami me regaló jazmines. Me di cuenta de que ya no me angustiaba ese olor. Es un ejemplo de cómo resignificamos cosas durante el proceso creativo.

—Marcelo, ¿cuál fue el mayor desafío al montar la producción?

Director: Más que desafíos grandes, tenía presente la responsabilidad de respetar el trabajo previo. Cuando un director se suma a una obra ya armada, no puede decir: “Borramos todo y empezamos de cero”. Mi desafío fue encontrar el equilibrio entre aportar mi mirada y preservar lo que ellas ya habían construido y que funcionaba muy bien.

—¿Cómo trabajaron las escenas musicales y emocionales al mismo tiempo?

Director: La música fue clave para construir la emoción. Ensayábamos viendo cómo cada elemento sumaba o restaba. Los estímulos, la luz, la música, la atmósfera de la sala, generan sensaciones tanto en el público como en las actrices. Es similar al cine: siempre hay una capa musical acompañando la historia. Acá esa capa está presente todo el tiempo y convierte la experiencia en algo casi 4D.

—Para cerrar: ¿qué mensaje esperan que el público se lleve de Puerta Grande?

Abril: Que la vida es efímera y está hecha de momentos y vínculos. Nada es tangible; lo que queda es lo que reverbera en el cuerpo. Queremos invitar a valorar el presente, a vivir cada instante con verdad porque después quizás es tarde.

Camila: La obra te acerca a algo muy íntimo, muy propio. Ojalá la gente salga pensando: “Tengo que valorar más esto”. Detenerse en oler un jazmín, disfrutar una charla con una amiga, prestar atención a lo que está vivo ahora. Eso: el aquí y ahora más puro.