Siempre se dice que, en invierno, las personas buscan activamente tener citas para poder pasar la noche calentitos con alguien más. Parece que ese fenómeno no se da únicamente en personas solteras, sino también en casadas o en gente que está en una relación monogámica que no la satisface.
El sitio de citas para personas casadas Ashley Madison realizó un relevamiento de datos en Argentina y determinaron cuáles son las cinco ciudades donde el índice de infidelidades es mayor.
Como si eso fuera poco, confirmaron la teoría de que el invierno “pone mimosas” a las personas y eso lleva a que muchas parejas rompan por terceros en discordia o rumores de affaire.
Conocé cuáles son las cinco ciudades más infieles de Argentina
La información la brindó Christoph Kraemer, director ejecutivo de Latinoamérica de la aplicación, que informó: “Con el tiempo, las personas evolucionan y las necesidades personales van cambiando. A veces, las parejas tradicionales ya no logran cubrir todos los requerimientos emocionales y sexuales entre sí”.
Aunque el experto notó que hay una tendencia mayor a las relaciones poliamorosas, también aseguró que mucha gente aún no se anima y prefiere ser infiel a su pareja antes que establecer nuevos patrones en su vínculo o explorar algo nuevo.
De acuerdo a los datos relevados por la aplicación, el ranking de infidelidad en el país se estableció de la siguiente manera: General Roca (Río Negro) en el primer puesto, seguido de Escobar (Buenos Aires) y Bahí Blanca (Buenos Aires).
Buenos Aires ocupó casi todos los espacios, siendo que el cuarto y quinto puesto pertenecen a La Plata y Pilar respectivamente.
“Estamos observando que, en algunas localidades, las personas se animan a poner en práctica todo lo que antes no se habían permitido hacer. Para muchos, tener un amante o varios es el complemento perfecto como método de autocuidado y realización personal y, también, para resguardar a su pareja principal”, aventuró Kraemer, y cerró: “Los modelos monógamos están quedando cada vez más atrás, junto con los prejuicios y la rigidez de cómo deben ser los vínculos sexuales, permitiendo abrir el juego a nuevas formas de relacionarse”.