Parece mentira, pero es real. Un hombre fue a Japón para conseguir implantar dos aletas en el cráneo para poder “contactarse con la naturaleza”.
Su nombre es Manel de Aguas, es oriundo de Cataluña y tiene 24 años y se considera un “transespecie”.
Él mismo diseñó las aletas y utilizó para crearlas silicona. Su peso es de 500 gramos cada una. Según cuenta el joven, se trata de un órgano que cuenta con un microchip que le permite percibir vibraciones de sonido, humedad, presión y temperatura.
“No me considero cien por ciento humano. Mi persona no coincide con el concepto biológico que se conoce. Tengo la zona de la piel resentida. Y me quito las aletas para dormir y bañarme. Estoy acostumbrado a que la gente me mire por la calle, pero la verdad es que no me afecta”, afirmó en diálogo con Infobae.
En 2017, Manel fundó la asociación de Trans Especies junto a Neil Harbisson, el primer cyborg conocido en el mundo por un gobierno que actualmente vive en Londres, y la artista Moon Ribas, una coreógrafa que durante mucho tiempo utilizó sensores sísmicos en los pies para poder percibir “los latidos de la tierra”.