Sin dudas algo que se sabía sobre la vida del artista Michael Jackson estaba obsesionado con la privacidad, tanto que se negó a dejar que los médicos se acercaran a ciertas partes de su cuerpo. Sin embargo, luego de su muerte en junio de 2009, el historial de cirugía estética y sus problemas de salud secretos quedaron completamente al descubierto durante la autopsia. A 11 años del procedimiento, se conocieron perturbadores detalles sobre el estado de la estrella del pop antes de morir.
Los primeros datos se conocieron en febrero. The Sun reveló que el cantante tenía pastillas parcialmente disueltas en el estómago y sobrevivía con solo una pequeña comida al día. Su cadera, muslos y hombros estaban cubiertos de marcas de pinchazos de las inyecciones de analgésicos que recibía a diario de su médico personal, Conrad Murray, quien fue declarado culpable de homicidio involuntario por administrar incorrectamente la droga que condujo a la muerte del artista.
Además, según el medio británico, los labios del "rey del pop" habían sido tatuados de color rosa mientras que sus cejas eran tatuajes negros y la parte delantera de su cuero cabelludo también había sido tatuado de negro para combinar con el color oscuro de su cabello.
Lo más inquietante que se descubrió fue que su cabello ondulado, hasta los hombros, era una peluca pegada a su cabeza, ya que era calvo.
Se cree que Jackson comenzó a usar peluca tras sufrir quemaduras de segundo y tercer grado durante la filmación de un comercial de Pepsi en 1984. El rodaje en el Auditorio Shrine de Los Ángeles le exigió que bajara un corto tramo por unas escaleras mientras se lanzaban fuegos artificiales a su alrededor. Pero un problema técnico durante una toma provocó chispas que impactaron en el rostro de Jackson, quien terminó con varias heridas.
El documental Killing Michael Jackson, dirigido y producido por ZigZag, se centra en la muerte del cantante y presenta los testimonios de Orlando Martínez, Dan Myers y Scott Smith, los tres detectives que participaron en la investigación inicial de la muerte del músico. Allí se confirmaba que Jackson se había hecho un tatuaje en la parte superior de la cabeza para oscurecer la zona y disimular la ausencia de pelo.
Ahora The Mirror, reveló que la autopsia también confirmó la verdad detrás de años de especulación sobre el cambio de color de la piel de Jackson. Siempre insistió en que el cambio en su apariencia a lo largo de los años se debía a la condición de la piel vitilago, que causa parches de pérdida de pigmentación.
Christopher Rogers, el médico que supervisó la autopsia, señaló que Jackson efectivamente sufría de vitiligo, añadiendo: "Por lo tanto, algunas áreas de la piel parecen claras y otras oscuras." La autopsia también mostró que hubo una lucha desesperada por salvar a Jackson después de que fuera encontrado inconsciente en su casa. Los hematomas en el pecho y las costillas rotas se debieron a los intentos de resucitación por parte de los paramédicos que trataron de revivirlo antes de que fuera declarado muerto.
The Mirror también detalló uno de los más perturbadores hallazgos en el cuerpo del cantante: el deplorable estado de sus pies. Estaban llenos de hongos, callos y lastimaduras. "Parecían podridos", aseguró el periódico.