Mover (lo que no se ve): la odisea de lo cotidiano desde lo visceral de los cuerpos danzantes

Llega al Cine Gaumont un nuevo documental de la directora Mara Avila. Una película que aborda la salud mental en tiempos de pandemia y el poder sanador de la expresividad corporal en relación con uno y los otros.

Mover (lo que no se ve): la odisea de lo cotidiano desde lo visceral de los cuerpos danzantes
Mover (lo que no se ve)

Mara Avila estrena este 18 de enero su documental Mover (lo que no se ve), en el Cine Gaumont. La directora explora a través de material de archivo casero las complejidades de la salud mental en tiempos de pandemia y el poder de sanación que tiene la expresividad corporal en relación con uno y los otros.

Esta cineasta y bailarina amateur ha sido premiada por su trabajo en el documental Femicidio. Un caso, múltiples luchas. Gracias al apoyo económico del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) logró producir su segunda película documental, al igual que lo había hecho con su ópera prima.

Mara Avila
Mara Avila

“En 2020, decidí trabajar en un nuevo documental que tuviera por eje la danza, una actividad que amo y que es central para mi salud física y mental. En marzo de ese año nos sorprendió la pandemia del Covid-19 y los planes cambiaron”, comentó Mara a la prensa.

Mover (lo que no se ve)
Mover (lo que no se ve)

El documental está protagonizado por ella misma junto a las bailarinas profesionales Majo Nóbile y Carolina Villa, quienes habitaron la película a través de grabaciones caseras, videollamadas, charlas telefónicas, además de compartir sus historias de vida con la ayuda de archivo fotográfico.

Crítica de Mover (lo que no se ve)

Mover (lo que no se ve) lo mueve todo. En este documental de un poco más de 1 hora, los rostros se olvidan para que los cuerpos se vuelvan un uno con el todo de la espacialidad. Se deforman, afectan, mutan, golpean, chocan y posicionan frente a cámara de forma consciente, para decir presente.

Mara Avila le otorga un lugar a la palabra a través del relato familiar de las tres mujeres protagonistas, quienes se permiten llorar, reír, sensibilizarse y dejarse ver. Pero es la corporalidad la estrella. Cada una de ellas dejan en claro que un cuerpo no es solo un cuerpo. El cuerpo está atravesado por una corporalidad, y esta es la de ser, en sus casos, bailarinas, amigas, artivistas, hijas y pacientes.

Mover (lo que no se ve)
Mover (lo que no se ve)

La directora va al hueso. En ese camino, elige la simpleza de la piel expuesta que se refleja en la no economización y barroquización de los planos, casi al estilo del teatro isabelino, donde los cuerpos son la única estrella junto a la palabra. En esta elección refleja de manera perfecta la vulnerabilidad de los cuerpos en relación con un otro, de la que hablan las bailarinas en una de sus videollamadas.

En Mover (lo que no se ve) los cuerpos acontecen, en tanto aplauden de manera espontánea y azarosa mientras bailan, y militan políticamente por el seguir estando vivos.