Un joven de San Luis quiere conocer su historia y busca a su mamá biológica

Es de la localidad de Tilisarao y apeló a las redes sociales para que lo ayuden a encontrar su origen.

Guillermo busca a su madre biológica.
Guillermo busca a su madre biológica.

Guillermo Peralta tiene 31 años y es un comerciante de la localidad de Tilisarao, San Luis, decidió usar las redes sociales para encontrar su origen y lograr darle cierre y luz a una parte desconocida y oscura de su vida. Desde principios de este año que hizo pública su historia y no cesa con la búsqueda y, a pesar de que ya tiene conformada su familia, decidió publicar en Facebook lo que conoce de su historia.

En su publicación, el joven relata que el día de su nacimiento, el sábado 14 de marzo de 1987 a las 1:45 en la Clínica del Valle, en Tilisarao, su madre biológica, de aproximadamente 16 años acudió al sanatorio acompañada de un hombre de unos 50, quien dijo ser su padre. Él "vestía elegante", tenía poco cabello y circulaba en "una camioneta blanca".

Aparentemente "venían de la zona de Merlo o Concarán" y le manifestaron a la doctora a cargo del parto que "tenían que viajar urgente e iba a ser un bebé para (dar en) adopción", escribió Guillermo en su perfil.

Así que por medio de una vecina de la localidad fue entregado a sus padres de crianza, Ramón y Margarita. Ellos "hoy me están ayudando para poder saber mi verdad", contó el joven.

Guillermo también planteó que su familia biológica "podría ser de apellido Ochoa" aunque "no hay seguridad" sobre ello.

"Hago esta publicación con toda la esperanza de encontrar. No busco nada más que eso: saber mi verdad", expresó y pidió la colaboración de los vecinos de la zona que puedan tener algún dato. Si bien aseguró haber indagado en el lugar, "hasta el momento no halló nada certero”.

Dijo que pretende "cerrar una etapa y poder hacerlo sin miedos, rencores o resentimientos. Si sos mi mamá biológica, aquí te espero", concluyó Guillermo.

En mayo, Guillermo dialogó con El Diario de la República y afirmó que: "Primero que todo la carencia afectiva nunca la sentí, porque gracias a Dios, la familia que tengo de crianza ha sido muy buena. Son las personas más incondicionales del mundo y me lo han demostrado. Nunca sentí la ausencia pero sí la necesidad del derecho a saber quién soy".

Primero comenzó a averiguar en el pueblo y llegó a la conclusión de que había nacido en una clínica privada, que ya no existe, y que quedaba a solo dos cuadras y media de donde lo dejaron, sobre calle San Martín. "Me contacté con la dueña de la clínica y me dijo que de los registros no había quedado nada, pero me comentó de una enfermera que había trabajado ahí". Dio con la trabajadora (de quien prefirió no revelar el nombre) quien fue la reveló pistas más claras sobre su posible madre.

Como si de una película se tratara, la mujer tenía un cuaderno, no oficial, escrito a mano donde anotaba fecha y hora del nacimiento, sexo, nombre de los padres, grupo sanguíneo y como había resultado del test de Apgar, que se le hace a los recién nacidos. Según ese documento nació a las 1:45 del 14 de marzo (el mismo día que lo inscribieron en el Registro Civil sus padres de crianza), pesaba 2,200 kilogramos, pertenecía al grupo sanguíneo B+ y su test de Apgar había salido de 9 sobre 10. "Parecía que Dios me lo había puesto (al cuaderno), por haberlo guardado en 31 años. La verdad que lo más raro de todo es que todos los otros partos tenían el apellido de la madre y del padre, el único parto de un solo apellido era el mío, que era Ochoa. O sea había sido un secreto", reflexionó.

La misma profesional de la salud le dio las descripciones físicas de su abuelo y madre biológica, que habían asistido a la clínica."Mi abuelo era una persona vestida elegante y andaba en una camioneta. Tenía unos 50 años y quizá ya no esté con vida". Su madre era "una chica de tez blanca y pelo negro hasta la cintura, de entre 15 y 16 años. La enfermera cree que por la situación que vio que era madre soltera y que estaba acompañado por su papá, mi abuelo, que es quien me entrega a mi viejo de crianza", explicó. También se contactó con la obstetra y allí surgió la duda de donde vino su mamá. "Era de la zona del Valle de Conlara. La enfermera cree que venían de Concarán o Villa de Merlo. La obstetra me dice que es de Concarán", recordó.

Desde que empezó la búsqueda muchos lo contactaron y hasta hizo una publicación en Facebook, que fue compartida 955 veces. "Algunos coinciden, otros no. Hay mucha gente apoyándome. Dimos con unos casos en Cortaderas y Merlo pero no daban la edad", describió. "Si bien Ochoa es un apellido común, acá en la zona muchos tienen relación. No descarto que no estén en cualquier lugar de la provincia o ni siquiera vivan aquí. Hace 31 años atrás se pudieron haber ido. Alguien debe saber algo. Alguien se enteró o alguien la vio embarazada y luego no vio más a su hijo", dijo con esperanza.

"Hay gente que a lo mejor lo sepa, quizá mi madre, que hoy calculo tendría 46 o 47 años y capaz tiene temor de enfrentar esta situación", dijo. "Ahora que busco me doy cuenta que hay muchísimos casos, que no soy el único. Solamente que no todos toman la iniciativa de hacerlo. Son silencios de muchos años, cosas muy personales donde nadie quiere meterse por temor. Pero estamos en otros tiempos. Me animo a esto porque la sociedad ha cambiado, ha cambiado San Luis. Y ya dejamos de ser tan conservadores como antes", dijo sobre la búsqueda de su madre y de su identidad.