Vestida completamente de rojo, la artista Rihanna ofreció en el mediotiempo del Super Bowl entre Kansas City Chiefs y los Philadelphia Eagles su primer concierto en siete años en una acrobática y sensual actuación mostrando su nuevo embarazo.
Para esta retransmisión, vista por más de 100 millones de espectadores, la artista barbadense que en mayo pasado fue madre de su primer hijo, cantó media docenas de canciones, entre ellas “Bitch better have my money”, “We found love”, “Work” o “Diamonds” en una “celebración” de su catálogo, como ya había anunciado.
Subida en una de las varias plataformas suspendidas por arneses que sobrevolaron el State Farm Stadium de Glendale y arropada por decenas de bailarines vestidos de blanco en otras plataformas y en el suelo, lo más comentado fue la pancita que dejó ver el buzo abierto desde la cadera y un cinturón que acentuaba su embarazo, confirmado por sus representantes.
El segundo embarazo de Rihanna
La cantante nacida en Barbados deleitó a los 67.827 aficionados de Glendale con una apabullante sucesión de éxitos en el esperado show del medio tiempo. Su vientre redondeado despertó pronto las especulaciones sobre un posible segundo embarazo de la artista, que fue rápidamente confirmado por sus representantes.
Rihanna, que ya había dado a luz a un hijo en mayo de 2022, cumplió su promesa de dar una gran sorpresa en un espectáculo que, por lo demás, fue sobrio y sin invitados.