Hay gente que no tiene corazón. En Costa Rica, una familia se mudó de ciudad y decidió que había algo que no llevarían con ellos. No era un mueble ni una heladera; se trata de Marie, su perra, que además estaba preñada.
No intentaron ubicarla en ninguna casa ni nada. La dejaron ahí nomás, afuera de la casa, donde la encontraron unos vecinos, que contactaron a Tania Cappelluti, una alemana que vivió años en Costa Rica, en onde creó un refugio de animales, labor que continúa a la distancia ahora desde Berlín.
"Esto es tan increíble. Realmente no entiendo cómo las personas pueden hacerle esto a su perro. Se alejaron y dejaron atrás a su perra embarazada. No tiene comida ni agua. Sola, con una barriga grande. La pobre está sentada día y noche frente a la puerta esperando que su gente regrese a casa ", dijo Cappelluti, cuando el vecino le envió fotos de Marie.
Finalmente, Wynn Mackey, un jubilado estadounidense que vive en Costa Rica aceptó adoptar a Marie. "Nos ayudó antes. Es un padre adoptivo maravilloso", contó Cappelluti.
A los pocos días, Cappelluti recibió un mensaje de Mackey en donde le contaba que Marie había dado a la luz: "¡Todo está bien! Marie duda si dejar a los bebés incluso para hacer sus necesidades. Pero estoy segura de que pronto se relajará e incluso disfrutará de descansos cortos".