Viajar un largo trecho en una butaca de avión de clase turista implica una gran incomodidad. Esto se debe a que, con el objetivo de reducir costos, las aerolíneas aprovechan el espacio al máximo dejando poco espacio para los pasajeros. De cara a esta problemática, uns empresa de diseño de Londres realizó un prototipo de un asiento que ocupa el mismo lugar que el habitual pero es mucho más confortable.
El proyecto fue presentado la semana pasada en Londres por la firma New Territory, y bautizado como Interspace Comfort System. Este diseño logró incorporar comodidad sin sumar espacio.
Esta silla tiene como característica distintiva la incorporación de dos aletas plegables a ambos lados del respaldo, un mecanismo que permite al pasajero ganar mayor privacidad y apoyar su cabeza sobre una superficie cómoda para poder descansar.
Lo mejor es que el viajero puede elegir si despliega de forma manual una o ambas alas, según sus necesidades.
Teniendo en cuenta que a mayor peso, más consumo de combustible, New Territory prescindió del apoyacabezas y lo reemplazó por una estructura muy fina de fibra de carbono, a la que le agregó cuero y espuma.
Según contaron algunos testigos que participaron de la Aircraft Cabin Innovation Summit londinense y probaron este asiento, es realmente eficaz.
El modelo ya fue certificado y la compañía, dirigida por Luke Miles, anunció que recibió el llamado de varias aerolíneas interesadas en su producto, aunque todavía ninguna ha formalizado la oferta.
Tras el éxito de su prototipo, los diseñadores se propusieron incorporar tecnología de reconocimiento facial a las alas para que, por ejemplo, si detectara que el pasajero se quedó dormido, podría apagar la película que estuviera viendo y volver a encenderla en el mismo punto cuando se despierte.
Pese a que este proyecto le interesa más a los pasajeros que a los dueños de las aerolíneas, es una buena solución para que las personas que no pueden pagarse un boleto en Buisness y tengan que viajar muchos kilómetros lleguen más descansados a destino.