Cuando llegan las fiestas de fin de año, el pan dulce y el panettone se convierten en protagonistas de las mesas navideñas en muchos países. Esto se nota en las búsquedas de los argentinos en Google Trends, donde las búsquedas en ambas recetas aumentó.
Si bien cada vez más hay más chefs y restaurantes que se enfocan en vender panettone, el pan dulce - sin dudas- es el protagonista clave de estas fechas.
Es que ambas preparaciones comparten orígenes europeos y se han convertido en símbolos de la celebración, pero existen diferencias notables que los distinguen en cuanto a ingredientes, textura, forma y tradición.
Origen y tradición
- El panettone tiene su origen en Milán, Italia, y se remonta al siglo XV. Según la leyenda, fue creado por un panadero llamado Toni, de quien deriva su nombre, “pane di Toni”. Con el tiempo, el panettone se transformó en un emblema de la gastronomía italiana y se expandió a otras partes del mundo.
- El pan dulce, en cambio, llegó a Argentina de la mano de los inmigrantes italianos a principios del siglo XX, adaptándose a los gustos locales. Aunque está inspirado en el panettone, su receta se modificó con ingredientes y técnicas que lo hicieron único. Hoy, el pan dulce es un clásico argentino que no falta en ninguna mesa navideña.
Forma y textura
- La forma del panettone es inconfundible: cilíndrica y alta, gracias al molde característico en el que se hornea. Su textura es esponjosa y aireada, resultado de una fermentación lenta que puede durar días. Este proceso le otorga su miga liviana y fibrosa.
- El pan dulce argentino, aunque también puede tener forma cilíndrica, suele ser más bajo y denso. Su masa es más compacta y húmeda, lo que lo diferencia del aireado panettone italiano.
Ingredientes y sabores
- El panettone tradicional incluye frutas confitadas, pasas y, a veces, frutos secos, aunque en Italia y otros países hay variaciones con chocolate, crema de pistacho o incluso rellenos de helado.
- El pan dulce argentino se caracteriza por incorporar una mayor cantidad de frutos secos, como almendras, nueces y avellanas, además de frutas abrillantadas. También es común encontrar versiones con chips de chocolate o decoraciones de glasé, adaptándose a paladares más modernos.