Llevar adelante una cocina es todo un desafío. La primera vez que alguien se enfrenta a los sabores, aromas y utensilios todo parece inabarcable y extremadamente difícil, sin embargo, es solo cuestión de tiempo y práctica para ir descifrando la cuestión.
El mudarse de la casa de los padres y tener a cargo las hornallas en un principio puede ser abrumador, pero por suerte existe el Internet, donde con solo escribir una palabra en el buscador o entrar a redes sociales se pueden encontrar una infinidad de tips y recetas.
Antes de la era de la conectividad, estaban las madres y abuelas que dejaban a sus nietos e hijos libretas con el paso a paso de las preparaciones más exquisitas, lo mismo ocurría con el tema de qué hacer con el aceite sucio, cómo limpiar los cubiertos de forma correcta o, incluso, cómo limpiar una heladera.
5 trucos infalibles para quitar el mal olor de la heladera
Qué sería de la vida de los seres humanos sin la heladera, sin dudas, mucho más difícil. Sin embargo, muchas veces “la dejamos estar” y nos acordamos de ella cuando empieza a emanar ciertos olores poco agradables.
Es ese preciso instante en el que hay que ir corriendo al supermercado para comprar un desinfectante de confianza y limpiar cualquier rastro de comida o, incluso, hongos que hayan salido con el paso del tiempo.
De todas formas, a veces ello puede no ser suficiente. Es por eso que, desde Vía País te traemos 5 trucos caseros infalibles para quitar el mal olor de la heladera:
- Bicarbonato de sodio: en un rincón de la heladera, apoyar un recipiente o frasco abierto con bicarbonato de sodio. El mismo evitará malos olores, eso sí, deberás renovarlo cada 3 meses.
- Vinagre blanco: lo podés dejar en un frasco abierto en la heladera solo o mezclarlo con el bicarbonato de sodio. Esta opción, de todas formas, es la menos recomendable, ya que es muy fácil que el olor del vinagre se impregne en los alimentos.
- Cítricos: es quizás la mejor de las opciones y muchos ya la ponen en práctica sin saberlo. Simplemente apoyá algún cítrico cortado a la mitad en algún lugar de tu heladera.
- Café en grano o recién molido: se trata de una opción de la que no hay que abusar. Es importante colocar una pequeña cantidad en un recipiente, para no correr el riesgo de que su olor se impregne en los alimentos.
- Papa: es quizás la opción más económica. Simplemente pelá una papa y dejala en algún rincón de tu heladera, la misma servirá como una esponja absorbente de los malos olores.