Con el humor que la caracteriza, Carmen Barbieri reveló que su departamento fue invadido por una familia de ratas. Al aire de su programa Mañanísima, la presentadora contó detalles de lo sucedido y mostró imágenes de cómo los roedores dejaron la cocina.
En medio de chistes, la conductora indicó que no “quisiera matar” a los animales, pero tampoco le gusta que vivan en su domicilio, es por eso que pidió consejos de cómo solucionar el problema. “Tengo el balcón protegido para que no entrenen ladrones, pero sí pueden entrar ratas o murciélagos”, explicó al contar que por las noches suele dejar abierta la puerta de afuera para ventilar.
“Lo único que escucho hace una semana es que mi perro a la madrugada le ladra al termotanque”, detalló y aseguró que nunca vio a las ratas, pero sí notó que se subieron a la mesada de su cocina, rompieron una canasta de mimbre y le mordisquearon un pan.
Cómo es la cocina de Carmen Barbieri
La humorista vive en el séptimo piso de un edificio de la Ciudad de Buenos Aires en el barrio de Belgrano. El departamento donde convivió con su hijo, Federico Bal, y su esposo, Santiago Bal, tiene grandes ventanales, un living espacioso con muebles renovados y al menos dos habitaciones.
En 2022 la cocina sufrió un accidente doméstico al prenderse fuego el sistema eléctrico de uno de sus electrodomésticos. Según contó, puso a cocinar una hamburguesa en el horno eléctrico, pero al estar muy cerca de la pared, el calor derritió el cable y provocó un incendio en el enchufe.
Si bien la situación no pasó a mayores y pudo ser controlada antes de que las llamas se expandan, el incidente generó una gran mancha negra en la pared y los muebles. Esto la obligó a una pequeña remodelación con una nueva instalación del sistema de cableados, algo de pintura y limpieza de todos los accesorios.
Su cocina cuenta con una mesada de granito en tonos marrones, muebles sobre y bajo mesada en tonos claros y alacenas de madera. La heladera es color acero inoxidable y tiene a mano utensilios diarios para preparar sus comidas.
