La muerte de Alejandra Darín a sus 62 años dejó un vacío en el mundo artístico argentino. Actriz, directora y presidenta de la Asociación Argentina de Actores, Alejandra no solo fue una referente en su profesión, sino también una madre orgullosa de Antonia y Fausto Bengoechea, sus hijos fruto de su relación con Alex Benn. Ambos heredaron la pasión familiar por la actuación y están construyendo sus propios caminos en el medio artístico.
Antonia, de 24 años, ya dejó una marca en el cine y la televisión. Su papel en la aclamada película Argentina, 1985, junto a su tío Ricardo Darín, fue su salto a la popularidad. La joven también formó parte de la serie Cromañón, reafirmando su lugar en la industria.
Por otro lado, Fausto, de 27 años, tuvo un recorrido distinto, que incluyó participaciones en novelas como Simona en 2018 y Argentina, tierra de amor y venganza en 2019. Actualmente, brilla en los unipersonales de humor en teatro, un género que demuestra su versatilidad y talento.
La influencia de Alejandra en sus hijos Antonio y Fausto
Alejandra Darín fue una figura clave en la vida y carrera de Antonia y Fausto. Antonia recordó con emoción una foto que sintetiza el vínculo con su madre: “Una foto que sacó mi papá en mi casa, en la que estoy con mi mamá. Yo tenía 5 años, creo que fue el día de mi cumpleaños. Ella está maquillándome, pintándome la boca, y yo sonriendo con la ingenuidad de ese momento. Transmite una alegría y una delicadeza muy luminosa”.
El legado de Alejandra no solo se traduce en su lucha por los derechos de los actores, sino también en la forma en que acompañó y guió a sus hijos en un ámbito competitivo. Mientras Antonia sigue enfocándose en la actuación, con nuevas producciones en vista, Fausto explora la combinación del humor y la dramaturgia en sus espectáculos. Ambos tienen un futuro prometedor y representan la continuidad del talento artístico de la familia Darín-Bengoechea, marcada por la pasión y el compromiso con el arte.