Huguette Clark, la excéntrica multimillonaria que vivió aislada casi toda su vida

Vivió en casi soledad absoluta, entre mansiones y hospitales y dejó una herencia de 440 millones de dólares.

Huguette Clark, la excéntrica multimillonaria que vivió aislada casi toda su vida
Huguette Clark (Foto: web)

Huguette Clark, la hija de un magnate del cobre aficionada a las muñecas francesas, las casas señoriales y la soledad, murió a los 104 años. La historia de su vida transcurrió entre una majestuosa casa en la Quinta Avenida, en Nueva York, y distintos hospitales. Luego de morir, dejó sus 440 millones de dólares a una fundación.

Clark, que prefería ser conocida como Madame Clark, murio luego de residir en un hospital durante más de 20 años, dejando vacante pero cuidando meticulosamente sus grandiosas casas en Santa Bárbara, New Canaan, Connecticut y la ciudad de Nueva York.

En su juventud, apenas a sus 18 años, cuando murió su padre conocido como el rey del cobre y con una fortuna comparable a la de Rockerfeller, heredó unos 440 millones de euros de aquella época.

Huguette Clark (Foto: web)
Huguette Clark (Foto: web)

Como multimillonaria tuvo grandes excentricidades. No permitía que sus empleados domésticos la vieran en persona y siempre se comunicaban pasándose notas por debajo de la puerta. Tenía contratada a una persona que se dedicaba a planchar los vestidos de su vasta colección de muñecas de porcelana francesa y se alimentaba a base de galletas y latas y disfrutaba del tiempo libre viendo los dibujos animados de Los Picapiedra.

Huguette Clark (Foto: web)
Huguette Clark (Foto: web)

Tenía tres propiedades en la 5ª Avenida de Nueva York, una vivienda en California y una mansión en Connecticut, entre otros inmuebles, y en su testamento decidió no dejar nada a su familia. Huguette pasó su últimos 20 años recluida en un hospital hasta que falleció en 2011.

A su muerte dejó un legado de 440 millones de dólares que fue a parar en su mayoría a una fundación para las artes. No tenía hijos, sobrevivió a sus seis hermanos y no dejó ni un céntimo a sus parientes lejanos.