La trama de esta atrapante novela, de Miguel Rosenzvit, pivota entre 2008, cuando una arqueóloga abre una casa familiar cerrada desde 1871, y aquel espacio-tiempo convulsionado en que nació, vivió y murió Joaquín. Rosenzvit, ha logrado llevar esta novela a finalista del Premio Planeta, y además de ser narrador y poeta, trabaja haciendo guiones de televisión, y cuenta con su propio taller literario del que es coordinador.
Fiebre negra
Miguel Rosenzvit - Editorial planeta
Joaquín, hijo liberto de madre esclava, y Valeria, hija blanca de sus amos, nacen el mismo día de 1820, en la misma casa de una Buenos Aires cuya población negra supera el 30 por ciento. A través de ese vínculo inevitable, deseado e imposible, se vislumbran las preguntas por ese dato demográfico que suele barrerse bajo la alfombra. ¿Qué significaba ser liberto? ¿Los negros murieron en la guerra? ¿Murieron en las pestes? ¿Se mezclaron? ¿Realmente se extinguieron?
La novela de Miguel Rosenzvit se planta en una zona brumosa, en el intento de buscar respuestas a estas preguntas. Va y viene entre el 1800 de una historia de amor y aventura, de guerra y carnaval, de peste y genocidio, y la actualidad de una joven antropóloga que lleva adelante su pesquisa en pleno siglo XXI, y que de a poco se hallará atada a sus descubrimientos. En ambas puntas de este ovillo, aquello pocas veces dicho sobre la epidemia de fiebre amarilla que asoló la ciudad en el apocalíptico febrero de 1871.
Fiebre negra es un libro narrado con un ritmo atrapante, preciso y sin concesiones, que logra introducir de manera original la descripción de una época encarnada en personajes que se debaten entre la pura ficción de sus días y la aplastante contundencia de la Historia.