Esta controvertida nouvelle del escritor chino Chen Xiwo, prohibida en Taiwán por “apología de la obscenidad”, nos arroja desde el vamos en el vínculo erótico y perverso que fueron desarrollando un hombre adulto discapacitado y su madre, y las extrañas motivaciones que, al parecer, lo han llevado a asesinarla.
Con el policial clásico como cáscara, este drama familiar escapa a los rótulos e incluso asume un rol de cuestionamiento social: ¿Cuál es el límite si dos personas se ponen de acuerdo? ¿Dónde termina la responsabilidad de una madre? ¿Qué es una madre? ¿Hasta dónde debe llenar el vacío en la vida de un hijo? “En mis trabajos, la pornogragía sigue siendo una metáfora de la política. Los tabúes sobre política y sexo han limitado la escritura en China, volcando a sus autores a la autocensura –asegura Xiwo–. El protagonista de mi novela tiene un corazón ligero; incluso si ha hecho algo descuidado u ofensivo, necesita contarlo al mundo. También es cruel consigo mismo”.