La reina Máxima de los Países Bajos vive una jornada con sobresaltos. Tras acompañar al rey Guillermo Alejandro en su viaje oficial a la República Checa, retomó su agenda con un evento clave: la inauguración de la conferencia sobre bienestar estudiantil de la Fundación MIND Us, entidad que preside honorariamente y que trabaja en el abordaje de la salud mental en jóvenes menores de 25 años.
Sin embargo, mientras participaba del encuentro, un imprevisto interrumpió el desarrollo de la jornada. Poco después de ofrecer su discurso, la reina recibió una serie de mensajes urgentes. Con el rostro visiblemente preocupado, Máxima se retiró del evento para comunicarse con su entorno más cercano. Le informaban que su hija, la princesa heredera Amalia, había sufrido un accidente mientras montaba a caballo.

La hija de Máxima tuvo que ser operada tras el accidente
La Casa Real confirmó más tarde que la joven de 20 años se fracturó un brazo y será intervenida quirúrgicamente en el hospital UMC Utrecht. Según el periodista Rick Evers, el accidente no pasó a mayores, pero generó inquietud inicial en su madre, quien decidió ausentarse para verificar su estado de salud.

Amalia, primera en la línea de sucesión al trono, mantiene un fuerte vínculo con la equitación, una pasión que heredó de su padre. “Es maravilloso ver que tengo una hija que también disfruta tanto de los deportes ecuestres y está tan involucrada en ellos”, dijo el rey en un podcast en 2023. Se sabe que su caballo se llama Mojito, según publicó el medio AD.
El año pasado, durante los preparativos del Prinsjesdag —uno de los actos más importantes de la agenda institucional neerlandesa—, Amalia visitó el hipódromo de Duindigt en Wassenaar. Allí siguió de cerca el entrenamiento de los tres Escoltas Honorarios que acompañan a la familia real durante esa jornada solemne. La presencia de la joven en esa actividad también reavivó entonces algunas críticas hacia el rey, acusado por sectores de la prensa de enfocarse únicamente en eventos ligados a sus intereses personales.
Por ahora, la preocupación gira en torno al estado de salud de Amalia. Aunque la operación sería de bajo riesgo, el accidente pone nuevamente en foco el delicado equilibrio entre la vida institucional de la corona y la privacidad de la familia real.