Un argentino quedó entre los diez mejores estudiantes del mundo y sigue en carrera por 100 mil dólares

Se trata de Nicolás Monzón, un joven quilmeño de 25 años que cursa tres carreras y se posiciona entre los favoritos por el Global Student Prize.

Nicolás Monzón, entre los mejores diez estudiantes del mundo.
Nicolás Monzón, entre los mejores diez estudiantes del mundo. Foto: Twitter

Nicolás Monzón, un joven argentino de 25 años oriundo de Quilmes, quedó entre los diez finalistas en la carerra por el Global Student Prize, un premio anual de US$100.000 al “mejor estudiante del mundo”. Detrás del reconocimiento está la Fundación Varkey, que busca valorar a aquel alumno que haya “provocado un impacto positivo en el aprendizaje, en la vida de sus compañeros y en la sociedad”.

Actualmente, Monzón estudia tres carreras: ingeniería en informática en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), licenciatura en Matemática y licenciatura en Ciencias Físicas en la Universidad de Buenos Aires (UBA).

Nicolás Monzón estudia tres carreras universitarias.
Nicolás Monzón estudia tres carreras universitarias. Foto: Twitter

El joven tuvo una vida difícil y asegura que no estaba en sus planes continuar estuadiando después del secundario. “Yo lo que tenía entendido era que después del secundario había que salir a trabajar, agarrar la pala y salir adelante, no que se podía seguir estudiando”, contó.

Es un apasionado por la matemática desde los nueve años, cuando su abuela le regaló un libro sobre la materia que, aunque era muy avanzado para su edad, lo preparó para el futuro. Hubo un profesor que se interesó en Monzón y lo presentó al programa educativo y social Jóvenes en Acción (JEA), desde donde lo animaron a solicitar una beca con la que comenzó a estudiar ingeniería en informática.

“Siento una felicidad muy grande porque tengo la certeza de que esto me va dar el impulso para crecer con Magnetar, la start up de tecnología que creé junto a un grupo de compañeros, y me va a permitir ayudar a mis hermanas y a mi familia desde una mejor posición”, dijo.

Su madre es ama de casa, su padre es obrero de la construcción y tiene tres hermanas, una de las cuales también estudia ingeniería. “Mi infancia no fue fácil. Mi viejo cartoneó, vi a mis tíos pelando cables, a mi vieja y a mi abuela haciendo trueque en la feria, con frío, a las cinco de la mañana, teniendo dos trabajos o a veces sin trabajo. La vida no es fácil”, recordó.

Cuál es el aporte de Nicolás Monzón a su entorno

Mientras terminaba la secundaria, comenzó a dar un curso de reparación de computadoras y desarrollo de videojuegos. Y hoy se encuentra en proceso para ser ayudante de cátedra de la UADE.

Además, otra anécdota que cuenta es que le dio clases de programación gratuitas a un vecino que, gracias a las lecciones, consiguió trabajo en el rubro. “Víctor es el portero de mi edificio. Fuimos generando una especie de amistad y yo le empecé a comentar sobre el mundo de la programación. Vi que a él le gustaba y entonces empezamos a armar una ruta de aprendizaje para que pudiera empezar a trabajar. Yo lo orienté, pero él tuvo la voluntad y hoy es desarrollador en Mercado Libre”, comentó.

Monzón es de Quilmes, tiene 25 años y tuvo una infancia difícil.
Monzón es de Quilmes, tiene 25 años y tuvo una infancia difícil. Foto: Twitter

También fue ejemplo para muchos de sus amigos del barrio donde creció para seguir estudiando.

Respecto de qué haría con el premio, Monzón asegura que le gustaría invertir en JEA, la ONG que lo ayudó a encauzar sus estudios, para que puedan acompañar a más jóvenes como él y también en Magnetar para poder capacitar a profesores particulares.

Quiero colaborar con la educación de la Argentina, generar un crecimiento sostenido con, por ejemplo, capacitaciones de informática para estudiantes de todas partes del país y ayudarlos con el desarrollo profesional”, señala.

Qué reconoce el Global Student Prize

El 21 de junio se anunciaron los primeros 50 finalistas, elegidos entre casi 7000 nominaciones de 150 países, entre los cuales también estuvo Axel Leonel Córdoba, otro joven de 25 años nacido en la provincia de Tucumán.

Córdoba estudia Ciencias Geológicas en la Universidad Nacional del Comahue, en Río Negro, y se destacó por generar dos proyectos con efectos social, educativo y ambiental: Ciencia Cristalina, un taller para que los alumnos de escuelas rurales puedan armar laboratorios de física y química con bajo presupuesto, e Hydroplus, un polvo granular que puede reducir un 50% el agua de riego en las plantas.

El Global Student Prize se creó para resaltar los esfuerzos de estudiantes de todo el mundo que están mejorando el planeta. El reconocimiento está dirigido a alumnos que tengan, al menos, 16 años y estén inscriptos en una institución académica o en un programa de formación y capacitación. Los nominados son evaluados por sus logros, el impacto en sus compañeros, la forma en que marcan la diferencia en su comunidad, cómo superan los desafíos, y cómo encarnan la creatividad y la innovación.

Los otros finalistas son Alesyah Asa, de Malasia; Anagha Rajesh, de la India; Gitanjali Rao, de Estados Unidos; Igor Klymenko, de Ucrania; Kenisha Arora, de Canadá; Lucas Tejedor, de Brasil; Mathias Charles Yabe, de Ghana; Maya Bridgman, de los Emiratos Árabes Unidos; y Nathan Nguyen, de Australia.

Agustín Porres, director Regional de Fundación Varkey, afirmó: “Hoy lo celebramos a Nico, y en él, a todos aquellos estudiantes que siguen esforzándose por seguir aprendiendo. El lugar donde él está hoy puede ser realmente inspirador para otros jóvenes. Su vida está marcada por innumerables obstáculos y, a la vez, por enormes docentes, por una familia maravillosa, por amigos, tutores y una comunidad educativa que mostró que cuando trabaja unida puede hace la diferencia”.

Probablemente se conozca al ganador a finales de este mes, durante la semana de la Asamblea General de las Naciones Unidas en Nueva York.