Últimamente se está hablando mucho de las Leliqs. ¿Qué son? son Letras de Liquidez, un título de deuda que emite el Banco Central. Seguramente nosotros nos acordemos de lo que eran las Lebacs: hace ocho años, en el gobierno de Mauricio Macri y con Federico Sturzenegger en el Banco Central, emitían estas letras que las podían comprar todos. La diferencia es que las Leliqs solamente la pueden comprar los bancos.
El Banco Central emite un título de deuda que es esta Leliq y los bancos compran esa deuda, invierten en esa posición. Entonces, los dos jugadores son los bancos y el Banco Central. Los bancos consiguen el dinero que van captando de los ahorristas, a quienes les pagan una tasa. Luego, a ese dinero que obtienen lo colocan a una tasa mayor. Ese es su negocio y esa tasa mayor, en este caso, es lo que le prestan al Banco Central, que en este momento es 133% anual.
¿Y qué obtiene el Banco Central? Se llama absorción monetaria. El Banco Central guarda todos estos pesos que los bancos le dan. No los pone en circulación. Entonces, ese dinero en lugar de estar circulando por la economía, situación que podría generar mucha más inflación, está en las arcas del Banco Central. Así funciona ese instrumento de política monetaria, justamente para regular la cantidad de dinero circulante.
Los números
Las Leliqs hoy representan unos 23 billones de pesos. Es decir, si se toma un tipo de cambio de $ 900, valor cercano al CLL o el MEP, da unos 25.000 millones de dólares. Y las tasas, como dije, 133% de TNA. Eso da una Tasa Efectiva Anual (TEA) de 255%. Es decir, cuando el banco le presta al Banco Central y renueva en cada vencimiento el total del capital más los intereses conseguidos, se genera un efecto de interés compuesto y así la TEA es mucho mayor. Entonces, los bancos están colocados a una tasa efectiva de 255% anual.
Cuál es el problema de las Leliqs
Las Leliqs equivalen varias veces a la base monetaria, o sea varias veces el volumen del dinero circulante. Es un problema enorme y que crece cada vez más por dos factores. Hasta ahora viene creciendo porque el Estado tiene déficit y uno de los modos que utiliza para financiarse es a través de la monetización de deuda con el Banco Central. El Banco Central emite pesos, es decir, hay cada vez más pesos para esterilizar a través de las Leliqs. El segundo factor de crecimiento es la misma tasa que paga el Banco Central. Esto genera una bola inmensa que no para de crecer muy rápidamente.
Aparte esto es un problema porque hay inflación reprimida o devaluación deprimida o un poco y un poco. Porque justamente este dinero son pesos pero que no están circulando, entonces si mañana viene el Banco Central y dice “no los quiero más, no tomo más Leliqs”, esto es todo dinero que pasa a circular por la economía en un contexto en que los argentinos no quieren pesos. La demanda por dinero es mínima justamente por la inflación: apenas alguien tiene un peso se deshace de él, lo gasta, lo invierte, compra dólares o lo que pueda, pero no se lo guarda en el bolsillo.
Entonces, si a la gente se le da mucho más de algo que no quiere, se va a generar mucha más inflación. Porque una de las salidas típicas es comprar dólares, pero ¿a cuánto va a pasar a cotizar el dólar si se le suma 25.000 millones de dólares de demanda?
La solución
Javier Milei dice que quiere dolarizar, pero primero tiene que resolver un par de problemas: el déficit fiscal, que fue el gran problema de Argentina durante los últimos 70 años, y desarmar las Leliqs.
Entonces, ahí entra justamente la figura de Luis Caputo, que se ha destacado durante el gobierno de Macri por conseguir financiamiento. Caputo fue el que emitió el bono de 100 años, muy raro para la Argentina, eso lo hacen solamente las economías desarrolladas. Y después consiguió emitir un bono a 10 años en pesos a tasa fija. Argentina, como el peso todo el tiempo se devalúa, si tiene una deuda en pesos lo emite indexado a algo, indexado a la inflación, indexado al dólar, indexado a algo. Que sea tasa fija a 10 años fue verdaderamente una proeza. Y eso es lo que consiguió Caputo, por eso es la persona que está ahí negociando.
La solución sería conseguir alguien que compre toda esta deuda en lugar de los bancos. Entonces, estos 25.000 millones de dólares que le están tomando todo el tiempo los bancos al Central, en realidad, podría convertirse en una deuda que se la tome alguien más, pero con la ventaja de que no sea como las Leliqs que se tienen que renovar todo el tiempo y que en cualquier momento se van, sino que sea una deuda estructurada, de mayor plazo... Y de ese modo el Banco Central queda sin la presión constante de estar renovando todo el tiempo.
Las incógnitas
Las incógnitas son dos: ¿qué va a pasar con los bancos y qué va a pasar con la deuda?
¿Bajo qué condiciones va a canjear el Banco Central esta deuda si es que efectivamente va a colocar un bono en el exterior? Se presume que lo que va a buscar es algo de mayor plazo para dar más previsión y más estabilidad. ¿Va a ser en pesos? Difícil. ¿Tasa fija? Imposible, porque con una inflación tan alta, nadie va a comprar deuda en esos pesos y a tasa fija. Entonces, desde el punto de vista del deudor, el Banco Central, tomaría una deuda a mayor plazo pero probablemente más cara.
La otra incógnita es qué va a pasar con los bancos. Hoy el banco toma plata de los ahorristas, les paga algo por eso y después se da vuelta y lo coloca a una tasa más alta en el Banco Central. Si el Banco Central se corre y no le toma más el dinero a esa tasa, la gran pregunta es: ¿qué van a hacer los bancos con 23 billones de pesos? En algún lado tienen que colocarlos, si no no podrían pagar los intereses a los ahorristas.
Hay que volver a prender la maquinaria de colocación de créditos y eso no se logra de la noche a la mañana, mucho menos por semejante importe. Los bancos van a tener menos incentivos por captar dinero. ¿Por qué van a tomar tanta plata si después no la pueden colocar? Entonces, con menos incentivos a captar fondos, probablemente veamos bajas en las tasas de plazo fijo. Por otro lado, es posible que veamos también tasas de créditos más bajas en una puja por colocar el dinero que ya tiene de los ahorristas.
Como vemos, llega un momento de grandes cambios y para empresas e individuos, anticipar los que ocurra será la clave para tener éxito con el manejo de las finanzas.