En una entrevista televisiva el exrector de la Universidad Nacional de Tucumán, Juan Alberto Cerisola expresó su satisfacción (mezclada con algo de enojo) al poder hablar ante los jueces después de 14 años, y dar cierre a historias demoradas. Durante la charla, habló también sobre la Ciudad Universitaria en el cerro San Javier, e insistió en su inocencia, declarando que no se siente “culpable de absolutamente nada.”
- ¿Qué sintió ayer cuando usted decía, “después de tanto tiempo quiero hablar”? ¿Qué sintió usted cuando estaba ante los jueces?
-” Sentí la satisfacción, por una parte. A veces uno tiene que ser sincero, es una satisfacción con una pequeña mezcla de un pequeño enojo, de después de tantos años poder estar recién empezando a terminar estas historias que se han demorado 14 años. Por A, por B, por C, se paraban, continuaban. Por ejemplo, ha estado parado todo eso hasta que viene Macri a Tucumán en el 17, en el 18 y ahí se lo continúa. O sea, entonces la satisfacción es poder, como le dije al señor juez al final de la causa, al final de mi declaración, poder estar en el juego. No me gustaría, no es cierto, preferiría que esto hubiese pasado, pero poder estar de nuevo en el juego y poder demostrar la verdad. ¿Qué es lo que va a pasar en estos meses? De repente en un par de meses ha empezado a cambiar todo. Ha empezado a cambiar la imagen, la opinión, la idea que tiene la gente de toda esta historia. En cuanto ha empezado el juicio, ha empezado desde hace un mes o dos meses un poco a viralizarse. Hemos empezado a comentar las cosas, de repente está cambiando todo en cuanto a la opinión de la gente. Bueno, la gente conmigo, en general es siempre la misma. No dudo que una u otra persona pensara distinto. Pero en general la gente, mis ex alumnos, sobre todo los miles y miles de alumnos que he tenido a lo largo de la vida me paran en la calle, qué sé yo... Digamos que el balance de las sensaciones es estar profundamente satisfecho, más que contento, satisfecho de haber comenzado de una buena vez esta historia.”
- ¿Por qué no amplía el tema de esta construcción de la Ciudad Universitaria?
-” La ciudad universitaria, que lo vengo aclarando muchísimo, obedece a dos motivos. Un motivo de que la ley por la cual después caemos en una serie de cosas, si ha hecho bien YMAD, no yo, de pasar de un reparto de un 40% sus utilidades para Tucumán a un 20% para Tucumán y un 20% para el resto de la gente, de las universidades. Todo eso tiene que ver, entre otras cosas, con una Ciudad Universitaria en San Javier. ¿Qué es lo que decía la ley? Pues lo que yo quiero básicamente, además de mi situación personal, es desmitificar la historia de la ciudad en el cerro de San Javier. Esa es una utopía maravillosa, hay utopías que no son maravillosas, esta es una utopía maravillosa. En el año 1949, que duró hasta el año 1951, en que se terminó el dinero que venía de la Nación, se alcanzaron a hacer algunas obras. Se alcanzaron a hacer algunas obras y se terminó, se las terminó en el 1951 y nunca más se va a construir ahí. Entran en una serie de factores muy, muy particulares, que claro, hay que conocerlos. Yo no conozco muchas cosas, yo y cualquier ser humano, hoy en día más es lo que no sabe que lo que sabe. El crecimiento de la información, de la ciencia, de la tecnología feroz. Pero de las cosas que me interesan, se. Geología, por ejemplo, ese cerro es un cerro de lajas que se mueven y barro, construir ahí cuesta una fortuna. De todas maneras, no existe la posibilidad más mínima que se pueda construir eso cien años después, no existe ochenta años después. Por motivos de dinero incluso, ahí estaba previsto hacer hospitales, porque era una ciudad, comisaría, terminales de ómnibus, hoteles, pensiones, pequeñas industrias, fábricas, los alojamientos de los alumnos, los alojamientos de los profesores, pensiones, estadios para treinta o cuarenta mil personas, las obras para las facultades. Una utopía maravillosa que, como dije ayer, una investigadora de Tucumán, una arquitecta, en un estudio que hizo hace unos años terminó diciendo que hay que evaluar, hay que evaluar muchas veces lo que se quiere hacer con lo que se tiene para hacerlo. Cuando en el año ´51 el gobierno del general Juan Perón le corta la mano a nuestro rector Descole, por el motivo que sea, se terminó la obra y fue imposible. La misma persona que en el año ‘49, el mismo señor Descole, quiso hacer esa obra maravillosa, insisto, veinte años después es despedido, cuando cae Perón en el ‘55. Vuelve en el ‘73 y la misma persona es la que se apura, consigue, hace diligencia y todo ese parque, ese cerro, hoy en día San Javier, es un área protegida, es un parque protegido. Es similar a un parque natural de la República Argentina. O sea, es imposible construir ahí. La misma persona que intentó eso, se da cuenta, veinte años después, de la imposibilidad de llevar a cabo ese proyecto.”
- El propio Descole.
-” El propio Descole. Fíjese usted que eso es como si fuese un parque natural de la República. La diferencia está en la administración, esto es de la Universidad la propiedad y es provincia de Tucumán. Si se transforma en un parque hay que ceder la propiedad y tengo entendido, espero no estar hablando de más, creo que estoy seguro, que además la provincia tiene que ser la soberanía. Todo ese parque es un parque, si llega a ser un parque natural del país, usted va a San Javier y está en la nación, no en la provincia de Tucumán. Es imposible eso. Yo lo único que intento, es que no se le siga mintiendo como mienten algunas personas, con mala fe, que eso es posible construir, que hemos abandonado eso.”
-Es imposible construir en San Javier.
-” Es imposible pero no solamente por motivos de tipo económico, hoy en día es un parque protegido, una especie de parque natural, hoy en día las cosas han cambiado completamente.”
- ¿Usted cree que ha explicado bien todo eso?
-” Lo expliqué con mucho más lujo de detalle. Cinco horas. Y este tema en particular lo exploté, lo expliqué durante quizás más de una hora. Estuve haciendo toda la génesis de cómo nace, cómo en el año ‘49 lo empieza este gran académico Descole... Se habla todavía hoy en día que había grandes cantidades de planos para construir todo eso, no había ningún tipo de plano, que también tiene que ver con la ley. La ley hablaba de planos ya aprobados. Prestigiosos arquitectos fueron a Europa y trajeron bosquejos de las principales universidades. Fueron haciendo, a medida que se construía algo, se alcanzó a hacer una serie de cosas que se muestran como la ciudad abandonada. Eso es una pequeñísima parte. De lo que se iba haciendo, de acuerdo a mi real saber entender de los viejos profesores, se hacían toda la parte de planos y aprobaciones y se construía eso. Y eso es lo único que hay.
- Ayer se habló sobre sus bienes. ¿Cuáles son sus bienes reales?
-” Los reales son mis bienes propios. Ahí estamos haciendo un juego de palabras de derecho. Tengo mi departamento donde vivo, en la calle Salta. Tengo un automóvil Peugeot, que ya tiene 4 o 5 años, pero está impecable porque vivo en el centro y no lo uso. Y tengo desde hace mucho tiempo un terreno “así”, dentro de la ciudad, hacia la zona del oeste.”
- Da la impresión de que la pregunta fiscal era ¿Usted se enriqueció Cerisola?
-” Claro, eso me quiso preguntar, obviamente. Porque me preguntaba dónde viví, dónde vivo, donde vivía. Y como toda persona que se casa y, bueno, en una de ese si me hubiese casado otra vez, hubiese tenido dos o tres casas distintas. Pero una persona que se casa, y en el caso mío una sola vez, y sigo viviendo con mi mujer, va creciendo. Primero viví en un departamento alquilado, viví en un pequeño departamento en la calle 25 de Mayo, mío ya. De ahí pasé a una casa un poco más grande en la calle de San Juan. No es para hacer la historia de mi vida, pero como todo trabajador comprado con sangre, sudor y lágrimas, la casa la compré con crédito del banco hipotecario y así. Hasta que bueno, ya en la “vejez viruela” me vine a vivir acá porque ya el centro es demasiado imposible de vivir. Había una mala intención, por supuesto. No son preguntas, por cierto, inocentes.”
- ¿Qué espera usted de cómo sigue el juicio?
-” Espero la verdad, espero que ahora que se vayan los testigos, por ejemplo, digan exactamente lo mismo que yo comenté ayer de todas las cosas que comenté. Espero que se lean los expedientes, parvas de expedientes. Y se vean las cosas que yo decía ayer. Por ejemplo, sobre tal asunto, consta en la página 3.557 folio tal. Eso significa que la gente que me asesora, más mi persona, hemos leído todas las hojas del expediente. Entonces espero que, si al menos no la leen, los fiscales, por decirle algo, que tenía su obligación, pues nosotros la leemos y llevamos el acto conciso. Nada de lo que he dicho ayer, nada de lo que dije ayer lo dije en el aire. Cuando dije, el PROCELAC hizo un informe donde dice que nos falta un peso el 12 de diciembre del año 2014, es porque está el documento PROCELAC, tenemos la copia certificada, tenemos la hoja exacta de un expediente de miles y miles de hojas de donde está la cosa. No voy a ir a hablar inventando cosas que no pueda probar después. Entonces espero simplemente eso, que de una buena vez se terminen todas estas cosas. Espero también que se haga un poco de docencia, no que la haga yo en sí, ahí me sale el docente, pero que sí se haga en el sentido que, tal como hablamos de la Ciudad Universitaria, de la famosa ciudad de San Javier, se sepa claramente qué es YMAD, qué es la ciudad universitaria esta que se dejó hacer, cuál es hoy la ciudad universitaria. Hoy es la ciudad, como dije ayer, es San Miguel de Tucumán. En San Miguel de Tucumán está la Universidad de Tucumán, enorme. Está la Universidad de San Tomás de Aquino, que es una universidad importante. Está la facultad de la tecnología, que es una facultad muy importante de ingeniería. Está creciendo la San Pablo T. Esta es San Miguel de Tucumán, la gente tiene que entender la importancia universitaria que tiene.”
-Usted reiteró para esa oportunidad que negaba todos los cargos que tenía. Usted no se siente culpable de nada.
-” Pero de absolutamente nada. Como todos saben, bueno, no todos, pero sí mi entorno íntimo y demás. Como dije, en algún momento de mi vida, siendo un tranquilo profesor universitario, a los cuarenta y tantos años, siendo ya el jefe total de mi Cátedra y todo eso, dejé las gerencias que tenía, los trabajos profesionales, porque tenía una situación económica cómoda. Y me dediqué de vuelta a la universidad. No, no, no, es un acto de heroísmo, pero es un acto que muchísima gente debería devolverle a la universidad lo que le ha dado, porque esta es una universidad pública, gratuita, libre. Muchísima gente no hubiera estudiado si no hubiésemos tenido esta universidad. Mucha gente que hoy paquetea con una institución económica muy distinta quizás, lograda con ese título universitario gratis que obtuvo, gratis en el sentido que no pagó la educación, obviamente lo obtuvo con estudios y sacrificios, y plantea del arancel de la universidad de esto y aquello. Pero así sin conocer, sin conocer cómo se puede o no arancelar, qué se puede hacer, qué no se puede hacer, lo que costaría. Entonces, hay muchos otros que son muy agradecidos con la educación que hemos tenido, pública, acuérdese, pública, libre, gracias a la reforma del radicalismo básicamente, no es cierta la reforma del ‘18, gratis gracias al gobierno de general Perón en los ‘40 y pico, ‘50. O sea, crea usted que la concepción de justicia social de ambos partidos era bastante parecida.”