Desde la llegada de la Inteligencia Artificial el mundo comenzó poco a poco a cambiar. Este avance encuentra sus inicios en 1943, aunque, desde ya, es en el presente que podemos referirnos a ella como un paradigma.
Esta tecnología está comenzando a socavar los cimientos de la sociedad, volviéndose parte de la vida de millones y prometiendo ser el sistema que gobierne de forma global en un futuro cercano. Es en este sentido que, desde los distintos ámbitos se debate en torno a cómo influye, y el arte no está exento de ello.
En lo que refiere al audiovisual, en Hollywood se vive una de las huelgas más importantes de sus últimos 60 años. Guionista y actores reclaman desde mejoras salariales hasta una toma de decisión en materia de qué hacer con el avance de la Inteligencia Artificial.
Si bien la creatividad es parte de la naturaleza humana, esta tecnología es capaz de crear historias que pueden ser utilizadas - ya lo son - con fines comerciales, poniendo en peligro la situación de los trabajadores del arte y la cultura.
Ahora bien, la IA no es capaz - aún - de originar historias desde cero, es decir, recurre a bases de datos de donde extrae la información necesaria para producir relatos que se asemejen a los de un escritor/guionista.
Los escritores vs. OpenAI
En las últimas horas se dio a conocer la noticia de que George R. R. Martin, autor de la mítica saga Canción de hielo y fuego que inspiró la serie Game of Thrones, John Grisham, Elin Hilderbrand, entre otros escritores, demandaron a la compañía OpenAI, creadora del ChatGPT.
Los autores denunciaron que usuarios de ChatGPT han usado esta herramienta para escribir precuelas y secuelas de sus obras literarias. Con su demanda buscan que OpenAI no pueda usar obras protegidas por derechos de autor sin “autorización expresa” y solicitan una indemnización por daños y perjuicios que incluya hasta 150.000 dólares por obra.