Una vida llena de tragedias para la familia que murió por asfixia en San Luis

La autopsia confirmó que los cuerpos de Diego Sebastián Vega de 26 años, Adriana Micaela Lucero, de 23 y su beba de 1 año, encontrados en un depatamento en un barrio de la ciudad de San Luis el lunes por la noche,   murieron por asfixia de monóxido de carbono.

Vega era sanjuanino y llegó a San Luis hace cuatro años, donde conoció a Adriana Micaela Lucero y fruto de ese amor, nació Lizbeth Madalaine, quien falleció junto a sus padres por asfixia el sábado por la madrugada en el departamento 14 que alquilaban en el monoblock 24 del barrio José Hernández.

Casi como un trágico final anunciado, ellos vivieron otras desgracias. En mayo del año pasado los dos hermanos de Micaela, cuñados de Vega, lo apuñalaron y le dieron una paliza con su hijita de apenas 20 días de vida en brazos.

Fernando y Ernesto Lucero atacaron a Vega y producto de los golpes, Lizbeth Madalaine cayó de los brazos e impactó contra el asfalto, lo que le produjo una fractura de clavícula.

Eso fue terrible para la familia y así como lo indica el tatuaje en la muñeca de Mica, que muestra en una foto de su cuenta de Facebook, "La vida sigue".

Micaela tenía tres hijas más, además de la pequeña Lizbeth, dos mellizas, Iara y Maia, que ahora tienen cinco años y Candela, de 3. Pero por una denuncia realizada por el abuelo paterno, Francisco Cortez, no podía tener contacto con ellas.

Así como lo informa San Luis 24, uno de los hechos sangrientos que más conmocionó a San Luis fue en el 2015, que también tuvo como protagonista a Micaela.

La noche del 28 de agosto de ese año, Gerardo Cortez pareja anterior de Micaela, murió de una certera puñalada en la sien derecha hecha con un cuchillo fileteador.

Cortez tenía veintiocho años y había ido a visitar a sus padres con sus tres hijas y Mica, que en ese momento era su novia. La hipótesis del ataque fue que al menos tres hombres quisieron asaltar a Mica y el muchacho salió a defenderla.

Ahora, luego de las pericias realizadas en la vivienda, la trágica muerte de la familia podía haber sido evitada. Sergio Quiroga, jefe de la comisaría sexta, contó a San Luis 24 que "Mica y Vega tenían contrato de alquiler por un año en el departamento del José Hernández y ella le había contado a la madre que el calefón hacía explosiones y se apagaba".

El jefe de los Bomberos de la Policía, Rafael Godo explicó que la pared en la que está sostenido el aparato "presentaba depósitos de humo". Además no tenía el tiraje hacia el exterior por lo que el monóxido, producto de la combustión del gas, hacía un rizo y volvía peligrosamente hacia el interior. El calefón es un Orbis modelo viejo que se opera con botones.

"Constatamos que el quemador no funcionaba bien porque la llama era anaranjada. Las rendijas de ventilación eran más chicas que las establecidas por el Enargas. Como los días estában más fríos, se ve que cerraron todo y se intoxicaron. Si el calefón hubiese tenido el tiraje probablemente esta tragedia no habría ocurrido", conjeturó el socorrista.

Vega no tenía trabajo formal en San Luis, el decía que era albañil, pero testigos dijeron que él tenía problemas con los vecinos y dejaron entrever que consumía drogas. Además en el departamento encontraron una guitarra y una bicicleta de dudosa procedencia.

Luego de la muerte de Mica, se desprende otra causa judicial por otra desgracia en donde la Justicia tendrá que mediar para determinar quienes se harán cargo de las las tres hijas que quedaron sin madre.