Según el último informe de la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa), las ventas de febrero cerraron con una fuerte caída en los comercios, de alrededor del 14%. Pero a su vez, la comercialización por Internet subió un 6,1%.
En promedio, el informe muestra que las ventas del primer bimestre del año tuvieron un descenso interanual del 11,9%, con retrocesos en todos los rubros de ventas de los comercios al público, mientras que en la modalidad online no se registraron bajas.
Si bien el comercio electrónico representa apenas el 8% del total de las operaciones incluidas en el estudio, los números reflejan un cambio tanto en los hábitos de consumo como en las modalidades de venta por parte de las empresas y emprendedores.
Los millennials, como consumidores, no tienen inconvenientes en comprar a alguien que no conocen y además, son más arriesgados a la hora de adquirir un producto y compran desde cualquiera de sus dispositivos: teléfonos móviles, tabletas y computadoras.
Pero además de muchas ventajas, esto también tiene algunos peligros que es bueno tener en cuenta a la hora de hacer una transacción online de forma segura.
Actualmente comprar por Internet permite comprar alimentos , un par de vestido o zapatos y unas entradas para una obra de teatro en el mismo momento y desde cualquier lugar sin que la distancia o variedad de negocios nos lleve a equivocaciones.
Los métodos de pago disponibles son cada vez más numerosos y seguros y el comprador puede realizar el pago de la manera que le resulte más cómoda o conveniente, incluso ya es posible pagar con tu huella dactilar. Hay que optar por adoptar un sistema de pagos online que ofrezca un combo de opciones: tarjetas de crédito, transferencias bancarias, Paypal y una plataforma segura para el comprador. Hay que evitar medios de pago anónimos y recurrir a páginas oficiales del servicio para brindar los datos personales. Por otro lado, muchos comercios ofrecen la posibilidad de pagar contra reembolso el producto o servicio adquirido, de manera de no dar ningún dato bancario o personal en la web.
Las diferentes opciones de envío hacen que sea posible recibir el producto en el domicilio o lugar de trabajo del cliente, o también en los negocios físicos de la compañía.
También hay que tener en cuenta algunos riesgos o peligros y las precauciones que hay que tener para evitar delitos como el fraude o robo de datos personales.
Si bien la idea es conseguir un ahorro en la compra, también hay que estar atento a posibles costos ocultos que inflen el precio final. Hay que leer bien "la letra chica" en la información y eso evitará una desagradable sorpresa.
Este punto es un gran alerta, sobre todo para los que tienen la sensación de no gastar o gastar menos porque no existe un pago con dinero tangible. No es tangible, pero sí es real, así que ¡a mantenerse atentos!
Hay que saber de antemano que a veces el tiempo de entrega de los productos es superior al de la compra tradicional y también que puede haber algún daño en el envío, para lo cual existe el proceso de devolución, que es un poco más complicado que en la compra en negocio.
En cuestiones vinculadas a la seguridad personal la mejor herramienta es la prevención: lo ideal será verificar primero los datos del comprador y prestar mucha atención a los sistemas de calificaciones e historial. Podemos anotar datos claves, como la dirección y el teléfono de línea, y chequear si son comprobables o no. También podemos saber desde cuándo está dado de alta, si ya hizo compras y las opiniones a favor y en contra.
En cuanto al encuentro, hay que evitar citar al comprador en un domicilio particular o laboral propio. Lo ideal es hacerlo en un lugar público, de fácil acceso y en horario central, preferentemente en sitios muy concurridos. Todo depende también del tipo o tamaño de los productos adquiridos.
Por último, es importante tener el hardware protegido antes de realizar una transacción online, para evitar hackeos en la cuenta.
En toda compra es importante tomarse el tiempo suficiente para planear una estrategia, investigar al comprador/vendedor y pensar en la entrega. Generalmente la compra por apuro lleva a error o imprudencias, muchas veces muy costosas.
Marketplace de Facebook e Instagram Shopping. Dos nuevas divas del e-commerce
Mientras la mayoría de los grandes comercios tiene una tienda on line y algunos pequeños se están sumando a la iniciativa, los emprendedores encuentran en las redes sociales una plataforma para dar a conocer sus productos o servicios y concretar ventas.
De todos modos, hay que saber que para superar el número limitado de seguidores entre amigos y conocidos y lograr un impacto significativo se debe invertir en publicidad en estos espacios.
Muchos emprendedores señalan que las ventas on line no llegan al 20% de las que tienen en el local, pero vienen en crecimiento. Se necesita una inversión en publicidad para crecer, invertir en publicidad para apuntar al target específico que puede estar interesado en este tipo de productos.
Muchas empresas consolidadas decidieron participar en Facebook por el alcance que logran, sobre todo con personas de entre 20 y 45 años.
En enero de 2018 Facebook lanzó su propio "Marketplace", un espacio dentro de la misma red social en el que los usuarios pueden comprar o vender artículos y ofrecer servicios.
Quienes utilizan las redes sociales para vender, coinciden en que el protagonismo de Instagram es el de la imagen, mientras que Facebook permite textos extensos e información adicional, a la vez que es más popular.
En cualquiera de estas variedades, las compras por Internet llegaron para quedarse y es bueno aprovechar todas las posibilidades, sabiendo resguardarnos con las herramientas adecuadas.