Villa Ocampo, la localidad que se resiste a perder su última gran industria

Famosa por la caña de azúcar, en los últimos años cerró su ingenio y una importante papelera. Ahora está en riesgo su frigorífico.

Villa Ocampo, la localidad que se resiste a perder su última gran industria
Villa Ocampo Santa Fe

Ubicada en el norte santafesino, Villa Ocampo solía ser una pujante localidad que había encontrado en la caña de azúcar la base de su economía. A partir de esta materia prima se había montado un ingenio azucarero, una papelera y una alcoholera que aseguraban una buena cantidad de fuentes laborales para la población, que se completaba con un importante frigorífico. En sólo cuatro años, todas estas industrias cerraron y sólo quedó el frigorífico, que hoy está con respirador artificial.

"Venimos de unos años malos, en los que cerraron muchas industrias históricas", reconoció Enrique Paduán, intendente de Villa Ocampo, a Vía Rosario. Todo empezó en 2012, cuando un pasivo de $50 millones llevó a la quiebra al Ingenio Arno, dejando en la calle a decenas de trabajadores.

Para pagar a los acreedores, la Justicia ordenó rematar bienes imprescindibles para mantener en pie a la empresa, y según la Asociación Civil Mesa Azucarera y de Desarrollo Regional Santafesina, se hizo a precio vil. "Sin dudas se ha optado por el camino más rápido para la obtención de fondos, pero el menos conveniente para preservar al ingenio como una unidad productiva, dando inicio al seguro desguace de una de las principales industrias regionales", advirtieron.

Y al parecer no se equivocaron, porque desde entonces el ingenio más grande de la región busca un comprador sin suerte. "Como municipio, armamos una sociedad para administrarlo durante un tiempo mientras se le buscaba un interesado que hasta ahora no apareció", recordó Paduán. O mejor dicho, apareció uno en 2016, pero ofreció $4.120.000 para quedarse con toda la unidad, que según la sindicatura a cargo, vale diez veces más.

Más duro todavía fue el cierre de la papelera Norpapel en 2014. "El ingenio trabajaba algunos meses al año, pero la papelera lo hacía diariamente, empleando a más de 140 trabajadores", indicó el mandatario. A la falta de pago a los empleados se le sumó una notoria ausencia de inversiones que para algunos encubría un vaciamiento. Por ejemplo, llegó a faltar el 60% del techo, los motores que se usaban eran prestados porque los propios se habían roto y no se querían comprar los repuestos.

Ni siquiera había leña para la caldera y no existía ninguna ART que cubriera al personal. Encima ya había estado concursada en 2006 y los acreedores les habían perdonado la mitad de los $12 millones que los dueños debían por entonces. Pero no alcanzó. "Ahora se empezó a trabajar para recuperarla porque es una industria importante con potenciales clientes", adelantó Paduán.

En esta ocasión le tocó al frigorífico Vicentín Faenas, concursado desde hace años y con recurrentes problemas para pagar a sus 114 empleados. Esta semana hubo un anuncio de cierre de parte de la empresa, luego de un paro de faenadores, pero se llegó a un acuerdo para solicitar Repros y levantar la medida de fuerza. Se aguardan novedades para la semana próxima.

"Si bien estas empresas grandes tienen problemas, hay trabajo para la gente", aclaró el intendente y puso como ejemplo una algodonera, una alcoholera que está por abrir ofreciendo 60 puestos de trabajo, y una central termoeléctrica que se radicará en la zona.

"Industria Secco tiene en marcha una importante inversión que generará muchos puestos de trabajo", se entusiasmó Paduán que confía en una reconversión económica de su ciudad para salir de la crisis que atraviesa.