Violencia de género laboral: despidieron a cinco obreras rurales que eran obligadas a hacer tareas de limpieza por ser mujeres

A pesar de ser podadoras y cosechadoras, las mandaban a hacer trabajos de limpieza, discriminándolas por su sexo. De esta forma y tras despedirlas sin motivo, la empresa frutícola del Alto Valle deberá indemnizarlas.

Indemnizarán a trabajadoras rurales que sufrieron violencia de género laboral.
Indemnizarán a trabajadoras rurales que sufrieron violencia de género laboral. Foto: (Imagen ilustrativa)

Cinco mujeres deberán ser indemnizadas por la empresa frutícola del Alto Valle, Río Negro, de la cual fueron despedidas por discriminación de género, según informó el área de Comunicación del Poder Judicial.

La Cámara Laboral Segunda de Roca aseguró que sufrieron tratos discriminatorios por motivos de género, tanto del lado de la empresa como de la cara visible y autoridad de la empleadora en la chacra, el encargado. De esta forma se les retribuirá lo sucedido con casi 60 mil pesos para cada una.

La indemnización se otorgará para reparar los daños morales. Además, a eso se le sumarán los intereses que se acumulen hasta el momento en que se efectúe el pago.

Si bien la empresa justificó los cinco despidos (que se realizaron el mismo día) diciendo que se dieron por ausentismo y falta de rendimiento por parte de las podadoras y cosechadoras, no pudieron presentar ninguna prueba que justificara aquellos dichos.

Una empresa de Río Negro despidió a trabajadoras rurales por ser mujeres.
Una empresa de Río Negro despidió a trabajadoras rurales por ser mujeres.

“Eran interrumpidas en sus tareas, para asignarles tareas adicionales que no eran para las que fueran contratadas, mermando así su rendimiento”. Como consecuencia también se veía afectada su remuneración, en base a lo que verificó el Tribunal.

A las empleadas rurales se les asignaban tareas de limpieza por el hecho de ser mujeres; por esta misma razón además se las despidió. La empresa lo negó, pero no presentó planillas de asistencias, legajos personales ni certificados que pudieran probar el supuesto ausentismo del cual las acusaron.

La Cámara Laboral describió el trato a las trabajadoras como “discriminatorio y misógino”. Agregaron que hubo discriminación por ser del género femenino, también maltrato verbal y, como ya se detalló, la asignación de tareas por su sexo, impidiendo su desarrollo profesional.

Una de las testigos durante el juicio recordó una escena de violencia de género: “el capataz silbaba llamando a una mujer para que viniera y se jactaba, para que se rieran”. Además, sostuvo que se refería a ellas como “viejas de mierda que no sirven para nada”.