Raúl Morante: el testimonio de uno de los puntaltenses que sobrevivió al Belgrano

“Estaba sentado con otro compañero y sentimos una explosión. Fui a tomar mate cocido al comedor y eso me salvó. Es una deuda pendiente, poder ir a las islas Malvinas para saber por qué peleé”, contó. Como Conscripto estuvo a bordo del buque hundido hace 40 años durante la Guerra.

El puntaltense Raúl Morante sobrevivió al hundimiento del Belgrano.
El puntaltense Raúl Morante sobrevivió al hundimiento del Belgrano. Foto: Vía

Cada 2 de mayo es, para los puntaltenses, una fecha particularmente significativa. El hundimiento del Crucero ARA General Belgrano durante la Guerra de Malvinas en 1982, pegó fuerte como en ninguna otra ciudad del país.

Pasaron 40 años y el recuerdo sigue vivo, en memoria de aquellos puntaltenses que quedaron en custodia eterna, y en los que regresaron y jamás volvieron a ser los mismos.

El ataque del submarino nuclear Conqueror de la armada británica dejó 323 muertos y 365 sobrevivientes, uno de ellos es Raúl Morante que siendo conscripto prestó servicio en el Belgrano.

En diálogo con Crónica, Morante relató en primera persona lo vivido aquella tarde, las consecuencias y el recuerdo con dolor que aún lo acompaña.

“Cubría guardia de 8 a 12 y de 20 a 24, y el día 2 de mayo la tomé normal hasta las 12 y a esa hora entregué la guardia y me voy a almorzar, luego me fui a mi camarote y me saque el salvavidas, gabán, chaqueta y me quedé con una remera blanca y un pantalón de fajina, y me tiré en mi cama a dormir”, contó Raúl

Una broma de sus compañeros que entraron a su cuarto despertó a Morante. Fue su salvación.

“A mí me salvó que la gente que fue a tomar la guardia empezó a hacer quilombo, escuchar la radio y ahí nomás me desperté, agarré el jarrito de acero inoxidable y me fui a tomar mate cocido al comedor y eso me salvó”.

“Así como estaba me levanté con el pantalón de fajina y la remera agarré el jarrito y me fui al comedor a tomar mate cocido. Estaba sentado con otro compañero y estábamos frente a frente y a las 16 sentimos una explosión. Cuando entra el torpedo y hace esa explosión, de repente el piso pasó a ser pared y lo que era pared pasó a ser techo”, recordó.

Raúl Morante el puntaltense conscripto que sobrevivió al Belgrano.
Raúl Morante el puntaltense conscripto que sobrevivió al Belgrano. Foto: Vía

Los momentos siguientes fueron claves. “Quedamos a oscuras y esa pared se puso en rojo, entonces entre la oscuridad, el fuego que había y los gritos que se escuchaban, empezamos a caminar hacia la proa donde se veía una claridad, llegamos ahí y era el baño de tropa, ahí se juntó mucha gente, salimos confundidos por el olor y me fui hasta el puente de vigía a agarrar un gabán de los que nos poníamos para hacer guardia por el frío. Luego bajé y me quedé en la torre de 6 pulgadas que estaba mi balsa que era la número 8, me quedé hasta que llegó un suboficial Osorio, que era el encargado de la balsa y empieza a tomar lista y cuando dan la orden de abandono, nos empezamos a tirar a la balsa”.

Varios sobrevivientes destacaron en entrevistas a lo largo de estas 4 décadas, la nobleza el Belgrano al momento de hundirse en nuestras aguas del Atlántico.

Raúl sobrevivió al hundimiento del Crucero General Belgrano.
Raúl sobrevivió al hundimiento del Crucero General Belgrano. Foto: Gentileza

“Lo vimos hundirse despacio, se sentó de popa y gracias dios no tragó ninguna balsa”, confirma el puntaltense que año después supo destacarse como futbolista de Rosario Puerto Belgrano y Sporting.

Las horas siguientes continuarían marcando para siempre su vida. “Llegaron esas 50 horas que estuve en la balsa con el frío, el agua que empezó a entrar y las olas eran de 8 o 9 metros y golpeaban en el techo. El agua la sacamos con borceguíes, con lo que podíamos, éramos 16 en las dos balsas, y gracias al cabo principal nos pudimos salvar porque él no quería que nos durmiéramos de noche, que lo hiciéramos de día por la hipotermia”.

323 personas perdieron la vida durante el hundimiento del Crucero General Belgrano.
323 personas perdieron la vida durante el hundimiento del Crucero General Belgrano. Foto: Gentileza

El Aviso ARA Gurruchaga fue la luz en medio de la oscuridad luego de más de dos días, con la muerte posible a cada instante.  “Estuvimos a la deriva hasta que nos rescató el Gurruchaga, cuando ese buque a las 4 de la mañana prende las luces y nos da en el techo naranja flúor de la balsa, teníamos una gran alegría. No nos podíamos mover por el frío que teníamos, pero cuando nos asomamos por la ventana nos alegramos”.

El regreso a Punta Alta, previo paso por Ushuaia, Bahía y el Hospital Puerto Belgrano demandó unos días. Meses después Raúl tuvo otra vivencia que lo marcaría. “El compañero que estuvo conmigo en la guardia de 8 a 12, falleció y el papá a los 6 o 7 meses me buscó, me encontró, llegó hasta mi casa y lo primero que me dijo cuando llegó fue porque me había salvado yo y el hijo de él no”.

Volver a Malvinas

“Sí, me gustaría, que es una deuda pendiente, poder ir a las islas Malvinas a conocerla para saber por qué peleé”, es la afirmación contundente de Morante.

La frase adquiere más valor si se tiene en cuenta que pudo regresar al lugar donde hundieron al Belgrano y quedaron cientos de sus camaradas. Lo pudo hacer en 2003. “Cuando volví de la expedición, le dije a mi mujer que misión cumplida, cerré el círculo, volví otra vez al lugar de hecho, así que cerré el círculo y si mañana me dicen de ir al lugar del hundimiento, digo que no, ya está”, finalizó.

En la actualidad, Raúl Morante se desempeña como agente civil de la Base Naval Puerto Belgrano y junto a otros veteranos puntaltenses representa a Coronel Rosales en cada edición de las Olimpíadas de Veteranos de Guerra.

En la actualidad Morante y otros héroes de Malvinas representan a Coronel Rosales en las Olimpíadas de Veteranos de Guerra.
En la actualidad Morante y otros héroes de Malvinas representan a Coronel Rosales en las Olimpíadas de Veteranos de Guerra. Foto: Facebook.

Fuente: Crónica,