El sistema de repitencia volverá a funcionar en Corrientes como antes de la pandemia de coronavirus

A partir del ciclo lectivo 2023, tendrán nuevamente un límite de materias para rendir y poder pasar de grado.

En el 2023 volverá a haber límite de materias "a rendir" para pasar de grado en Corrientes.
En el 2023 volverá a haber límite de materias "a rendir" para pasar de grado en Corrientes. Foto: LVI

Luego de dos años, en Corrientes se despiden de la “flexibilización” en el sistema de repitencia. Las consecuencias de la pandemia de coronavirus no solo afectaron al sistema de salud o económico, el educativo también se vio alterado y por esta razón se apostó a apoyar la continuidad de los estudiantes durante esos duros años; pero ahora es momento de volver a la “normalidad”.

Desde el Ministerio de Educación de Corrientes se determinó que para garantizar la calidad educativa, todo alumno que no cumpla con los requisitos básicos no pasará de año, dejando atrás la resolución N° 6632, que acompañó a la adaptación de alumnos y docentes a la modalidad virtual para atravesar el aislamiento.

Cómo será el sistema educativo en Corrientes durante el 2023

Julio Simonit, director de Planeamiento e Investigación Educativa, detalló que para pasar de año, los estudiantes deberán tener menos de tres materias para rendir y que no sean correlativas. “No estamos ajenos a la emergencia sanitaria, pero, para garantizar cuestiones irrenunciables como es la calidad educativa, en febrero de 2023 vuelve esta modalidad”, sostuvo según informa El Litoral.

Esto se aplicará tanto en las escuelas primarias como secundarias de Corrientes a partir del inicio del ciclo lectivo 2023. Vale aclarar que los alumnos de primero, segundo y tercer grado no pueden repetir; al igual que los estudiantes de primero y segundo año; ya que estos grados son considerados “unidades pedagógicas”.

Al mismo tiempo, la directora de Servicios Educativos de Prevención y Apoyo (Disepa) de Corrientes, Julia Sáez, sostuvo en diálogo con NEA Hoy que los padres deben “bajar un poco las expectativas que se tienen sobre los hijos y, más bien, darles la oportunidad de madurar emocionalmente, según cada realidad”.

“Este tema tiene que ver mucho con la cultura porque muchas veces los adultos nos manejamos con los patrones que teníamos antes y hoy los adolescentes son otros, tienen otros pensamientos, miran desde otro lugar y nosotros tenemos que acomodarnos a ellos”, insistió Sáez