Yuliana Chevalier (20), la joven que murió de un disparo en agosto pasado en San Francisco, hecho por el que estuvo preso su expareja, el policía Alejandro Lovera (36), se habría suicidado.
Así lo entiende en principio el fiscal de Delitos Complejos Bernardo Alberione, quien ordenó la liberación del policía, aunque mantiene la imputación hasta tanto reciba nuevas pericias sobre lo ocurrido en esa casa de barrio La Milka de San Francisco.
Dos pruebas inclinaron en las últimas horas la balanza hacia un posible suicidio: el dermotest y una fotografía en la que se observa a la mujer con un arma en la mano.
Sobre el primer punto, Alberione explicó que "de acuerdo con los resultados de distintos estudios y pericias, se detectó la presencia de pólvora en la mano de la joven y no así de su pareja".
El segundo punto es una fotografía publicada por El Tiempo Multimedia en la que se observa a Yuliana presuntamente con el arma del policía en la mano. Al parecer, esa imagen habría sido tomada segundos antes por el propio policía, quien llamó al 101 para solicitar ayuda.
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En base a estos indicios, Alberione liberó al policía, aunque no descarta que la causa tome un nuevo giro más adelante.
Violencia. La muerte de Yuliana, madre de un nene de 3 años, ocurrió en un monoambiente, en el marco de una relación que según la familia de ella era tortuosa y enmarcada en la violencia de género.
Según El Tiempo Multimedia, el arma reglamentaria del policía estaba sobre la heladera, y Yuliana la agarró durante una violenta pelea entre ambos.
"De un momento a otro habría comenzado una discusión entre ambos y el uniformado habría agredido a su pareja. La autopsia determinó que la joven tenía golpes recientes en su cuerpo y otros que databan de hace algún tiempo", precisó el portal.
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En esas circunstancias, supuestamente, la mujer agarró el arma y se disparó.
La familia de Yuliana descree de esta versión, y está convencida de que fue un femicidio. "No voy a parar hasta que este asesino esté preso nuevamente", dijo a la prensa la abuela de Yuliana, Teresita Benavídez, al enterarse de la liberación de Lovera.
La investigación de Alberione sigue su curso. Según trascendió, el fiscal podría cambiar la carátula a "instigación al suicidio", que contempla una pena leve.
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