Luego de que Marianela Mirra hiciera pública su relación con el exgobernador José Alperovich, el caso volvió a ocupar espacio en la agenda pública y mediática. En una entrevista televisiva entre el periodista Germán Valdez y el abogado penalista Marino Arcas, analizaron las implicancias legales de las declaraciones de Mirra, la situación jurídica del exmandatario, su condena y el pedido de arresto domiciliario.
En el estado que Mirra compartió en sus redes sociales se leía: “Hubo pedido de dinero este fin de semana. La plata no la consiguió. Mi pareja es Alperovich. Esto es de casi toda mi vida. No soy p..., no soy prostituta, no tengo asociación ilícita, no tengo familia de chorros y ñoquis. Nunca me hizo falta Rial. Solo te dije que no y te obsesionaste. Además, no engendro hijos en la cárcel. Voy a visitar a mi pareja porque lo amo y creo en él. Ayer, hoy, siempre. A muerte. No me quieras arruinar más la vida. Es mi vida”. Y en la parte de abajo de la publicación agregó: “Ayer, hoy, siempre creo en la inocencia de José”.
-También se conoció que Marianela Mirra terminó su carrera y hoy es abogada ¿Cómo se lee jurídicamente todo esta relación entre ella, Rial y Alperovich?
-”Jurídicamente es complejo si no sacamos de lado la política. Lo cierto es que podríamos, tratando de ser lo más objetivos posible, entender de que existe una suerte de concubinato, porque no hay unión convivencial, como lo establece el Código Civil y Comercial, que implica la legalización del concubinato a través de la inscripción en registro. Y esta unión, este concubinato, podría generar una confusión jurídica a la hora de los derechos que le corresponden a ella, dado que es pareja de el exgobernador Alperovich, en el sentido de que las uniones convivenciales, que es una forma de legalizar los concubinatos, tienen un requisito en el artículo 5010 del Código Civil y Comercial. Es que, para poder inscribirse, y generar pleno derecho a la concubina, no debe haber ningún otro ligamen anterior; es decir, no tiene que haber otra relación inscrita. En este caso, la de matrimonio. Por lo que tengo entendido el matrimonio entre José Alperovich y Beatriz Rojkés, sigue inscripto, sigue de alguna manera vigente ese vínculo, y, por ende, ya no podría inscribir. Pero a la larga con el tiempo y con la convivencia, puede darse lo llama una confusión patrimonial. En el sentido de que han convivido tanto tiempo juntos, (y esto es algo que se sabe hace tiempo, porque es un secreto a voces lo que publica la señorita Mirra), puede darse una confusión patrimonial, donde no se sabe quién ha colaborado que al patrimonio. Y de esa manera puede generarse algún tipo de derecho de ella, en particular por ejemplo, en el caso una separación, un pedido de compensación económica o una una demanda por enriquecimiento sin causa, en el sentido de que ella haya aportado y pueda demostrar, con prueba fehaciente, de que a esta relación ha llevado parte de su patrimonio y de su dinero”.
-Pero eso es del viejo código civil, en cuanto al matrimonio. Las últimas jurisprudencias plantean la convivencia: hay fallos que ya le reconocen derechos a la amante.
-”Sí, básicamente es lo que digo: los derechos que les reconocen son las posibilidades de pedir una compensación económica, de pedir una división de bienes, cuáles son los bienes que ella aportó a la convivencia... Pero lo cierto es que legalmente subsiste el vínculo anterior, Esto no es una cuestión de código nuevo, código viejo, sino que el código nuevo vino a establecer legalmente situaciones de hecho, que antes generaban muchos problemas, que eran los concubinatos. Como esto, a partir de ahí se creó la figura de la unión convivencial, que es una figura en la cual uno inscribe esa unión convivencial el Registro Civil de personas, y esa inscripción genera los mismos derechos que un cónyuge, sin necesidad de estar casado. Pero esta unión convivencial, al igual que el matrimonio en el ámbito civil, tienen como requisito que no exista ninguna otra unión convivencial o matrimonio previamente inscrito, que es el caso del ex gobernador al Alperovich, que tiene inscripto todavía su matrimonio con con Beatriz Rojkés. Y eso implica que subsiste un vínculo familiar de ella, de parentesco conyugal. Sin perjuicio de eso, con el nuevo código tiene una serie de derechos que puede pedir, pero tiene que ir demostrando que existen esos derechos patrimoniales, que se han generado a lo largo de la convivencia con él. Lo cual no sería difícil, si traen testigos que conviven desde el 2015 hasta ahora, durante 10 años, se puede presumir que gran parte del patrimonio aportado a esa relación es separable en 50 y 50 en partes iguales para ambos, tanto para la señorita Mirra como para el señor Alperovich.