A un año de la muerte del Morro García: el “negro lindo” que se metió en el corazón de los tombinos

La muerte del futbolista uruguayo Santiago García sigue conmoviendo un año después. Lo recordamos con sus definiciones en una entrevista íntima con el programa Líbero.

27 de agosto de 2018 
En la fecha 3 de la Superliga de fútbol, Godoy Cruz recibió Newell's Old Boys de Rosario. El morro García Festeja el primer gol de Godoy Cruz.
27 de agosto de 2018 En la fecha 3 de la Superliga de fútbol, Godoy Cruz recibió Newell's Old Boys de Rosario. El morro García Festeja el primer gol de Godoy Cruz. Foto: Jose Gutierrez

El recuerdo del uruguayo Santiago Damián García Correa sigue intacto a un año de su muerte entre los tombinos. Por ello, repasamos una entrevista televisiva donde confesó que era “más raro que la mierda”, que hubiese sido constructor si no era futbolista y el por qué de su apodo.

Aquel sábado 6 de febrero de 2021, el mundo del fútbol y la sociedad en general -porque no había que ser hincha para saber quién era el Morro García- se preguntaba si era real la triste noticia. El deceso de uno de los máximos ídolos tombinos de las últimas décadas generó dolor y consternación entre los futboleros mendocinos y de todo el país.

Ese día fue encontrado el cuerpo sin vida del futbolista uruguayo que jugaba para el club Antonio Tomba en ese momento. Sin embargo, las pericias indicaron que se había suicidado durante la madrugada del 4 de febrero.

Confesiones en televisión

Periodista: -Santiago Damián García Correa es...

García -Un perro verde; soy más raro que la mierda (risas).

Así concluía en 2018 una dinámica y entretenida entrevista cara a cara con el Morro García, ante el notero y las cámaras de TyC Sports, para el programa Líbero. Un formato que se convirtió en un clásico del canal para que los hinchas pudieran conocer mejor a sus ídolos; y que estos mostraran su costado más íntimo y humano.

El Morro García, el máximo ídolo del Tomba en las últimas décadas. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes.
El Morro García, el máximo ídolo del Tomba en las últimas décadas. Foto: Ignacio Blanco / Los Andes. Foto: Ignacio Blanco

Casi al final de la entrevista con el canal porteño, hay otro momento que se convirtió en conmovedor.

Periodista: -¿Usaste armas alguna vez?

Morro: -Sí; fueron situaciones en que tenía que usarla. No es algo que volvería a tener dentro de mi casa (y mantiene un silencio reflexivo y perturbador).

Santiago Morro García cuando estuvo hace dos años en el programa Líbero de TyC Sports y habló de su depresión. / Gentileza.
Santiago Morro García cuando estuvo hace dos años en el programa Líbero de TyC Sports y habló de su depresión. / Gentileza. Foto: Gentileza

El apodo de Santiago Damián García Correa

Entrador -dentro y fuera de la cancha-, simpático y pícaro; así se lo vio (y ve, todavía) y así se mostró en la mencionada entrevista; que se extiende durante poco más de 14 minutos y donde García se mostró de la misma manera en que se mostraba en la cancha: tal cual era.

“¡No te puedo creer que el Morro, justamente el Morro; esté asustado con un ‘Líbero vs.’. ¡A vos no te asusta nada!” comenzó el notero en ese tono de cercanía que lo ubica más cerca de ser un amigo que está conversando a un periodista que está entrevistando. “¿¡Qué no!?”, respondió el Morro; y rió.

Luego de elegir la Banda Sonora Original que quiere que lo acompañe durante toda la entrevista -Más atorrante que nunca, de Martín Quiroga-, el Morro se mostró tal cual fue. Y permite que el hincha lo conozca. “Si no hubiese sido jugador de fútbol, hubiese sido constructor. ¡Soy un desastre y lo único que me queda es picar paredes!”, se sinceró con su risa contagiosa.

El apodo de Morro, según él mismo aclaró, lo arrastra desde niño; y proviene de la tortuga Morrocoy, un ejemplar de cuello largo y exótico. “Cuando era chiquito, era flaquito”, agregó; y volvió a reir.

Sus orígenes y su temperamento

Fiel a la costumbre uruguaya, el Morro eligió de chico de que lado de la grieta futbolística entre Nacional y Peñarol quedar; y fue para el lado del Bolso (Nacional). Pero no como un mero simpatizante, sino como un fanático que cumplió el sueño de llegar a Primera, y ver a sus amigos del barrio alentando en la barra.

“Cuando jugué mi primer clásico, hinchas de Peñarol le fueron a golpear la casa a mi abuela pensando que yo todavía vivía en el barrio. Y mi abuela no entendía nada. Entonces me vine de mi casa, fui a buscar a la gente esa y terminó en cualquier cosa”, recordaba sobre una de las primeras “piñaderas” que vivió. También reconoció haberse ido a las manos con un hincha que, religiosamente y todos los partidos, lo insultaba. “Yo era muy chiquito y calentón. Lo reconocí, fui y lo encaré; y me fue mal”, siguió -por supuesto- con risas.

Maradona y El Morro García
Maradona y El Morro García Foto: Twitter

Admirador del francés Thierry Henry, siempre dejó claro que nunca jugaría en Peñarol de Uruguay. Y aunque en esa entrevista no lo menciona, en varias oportunidades también dejó bien en claro que tampoco vestiría la camiseta de San Martín de San Juan, el clásico cuyano del Tomba.

“Lo mas loco que viví en un Nacional - Peñarol no lo puedo contar. Pero recuerdo otra cosa, la piñadera (NdA: un partido de 2014 que terminó con varios jugadores de ambos equipos presos en la cárcel). Hasta el día de hoy, con la gente que participamos de ese momento nos miramos y decimos: ‘¿¡qué hicimos!?’. Uno está arrepentido; pero si pasaría otra vez, no sabría como reaccionar”, recordó García.

El partido y los incidentes fueron el 21 de enero de 2014. “El 22 de enero cambió mi vida, cuando llegamos al penal y me hicieron sacar las fotos con el numerito. Cuando vi los videos en YouTube, me quise morir; justo estaba con el chip medio apagado”, recordó sobre los incidentes durante el partido. “Es una situación que no me quiero acordar”, acotó; aunque aclaró que no fue la primera vez que estuvo en la cárcel. “Me habían agarrado por daño a la propiedad, por andar haciendo cosas malas”, se explayó.

Su carrera

Uruguay, Brasil, Turquía y Argentina son los lugares por los que la carrera llevó al Morro; y en todos tenía -por lo menos- una anécdota. “Lo más loco que me tocó vivir jugando en Turquía fue que me quisieran hacer ir a jugar un partido a la Franja de Gaza. Me acuerdo de que me dijeron: ‘No vamos en avión, vamos en bondi; porque si se pasa medio milímetro de la zona aérea, lo bajan’. ¡Por supuesto que no fui!”, rememoró.

Las costumbres y ritos religiosos de sus compañeros, la diferencia horaria y la estricta dieta que lo obligaron a hacer fueron delineando su salida. “Le regalé la mitad de las cosas al traductor, les dejé otras cosas a algunos compañeros uruguayos que jugaban conmigo, me tomé un avión y me volví a Uruguay. ‘No vuelvo más’, dije”, recordó.

Foto: José Gutiérrez / Los Andes.
Foto: José Gutiérrez / Los Andes. Foto: Jose Gutierrez

En Brasil, García no la pasó nada bien; y lo dejó en claro en esa misma entrevista. “Hubo un momento en que pensé en dejar el fútbol. Al punto tal de que un día abrí la puerta y mi hermano vio la manera en la que estaba viviendo; no prendía la luz de mi casa, estaba totalmente deprimido y no quería jugar al fútbol. Hubo muchas situaciones que me sobrepasaron”, recordó.

Con dolor, también recordó la oportunidad en que, jugando para Defensor Sporting (Uruguay) en 2011; saltó positivo para cocaína un control antidoping que le realizaron. “Ése fue uno de los grandes motivos por los que pensé en dejar todo. Cuando empecé a investigar, vi que hubo un mal manejo que no me gustó. No quiero hablar del tema, pero en Uruguay yo quedo como drogadicto; y quedé como el primer jugador drogadicto del futbol uruguayo. Yo me quedo tranquilo, porque sé lo que pasó. No me molesta que me griten cualquier cosa”, resumió compungido; y negó una y otra vez haber consumido esa droga.

Anécdotas y la cábala del Morro

El Morro confesó que en todos los clubes por los que pasó quisieron que bajara de peso lejos de su comida preferida (“arroz con atún, huevo, aceituna, mayonesa, ketchup y mostaza”). En Brasil pasó por una asquerosa y terrible dieta que lo hizo bajar de 83 kilos a 79 kilos, y que también derivó en que se desmayara en medio de una cancha; y admitió que las serpientes le daban pánico.

Sobre los parecidos que le encuentran amigos, conocidos, compañeros, entrenadores e hinchas; contó que le dicen que se parece a “cada negro medio gordito”. También se reconoció como cabulero -de entrar a la cancha siempre con el pie derecho y escuchar siempre las mismas canciones en el micro, antes de los partidos-.

Y hasta se refirió a la oportunidad en que tuvo un encuentro sobrenatural con su difunto abuelo. “Hubo un día en que piré, porque vi a un familiar mío. Ese día piré, realmente. Vi a mi abuelo, ¡estaba solo y lo vi de frente!”, confesó.