Esto dice la psicología de las personas que no quieren dejar propina a los mozos

Los expertos difundieron los trasfondos de esta situación que según ellos no es solo ahorrar unos pesos.

Esto dice la psicología de las personas que no quieren dejar propina a los mozos
La explicación de este comportamiento.

Negarse a dejar propina en un restaurante no siempre se trata de ahorrar unos pesos. Detrás de esta decisión, que puede parecer trivial, la psicología revela motivaciones más profundas, relacionadas con la personalidad, la cultura y hasta la visión que tenemos del poder y la justicia.

¿Por qué algunas personas se resisten a dejar propina?

En países como Estados Unidos, donde dejar propina es prácticamente obligatorio y representa una parte significativa del ingreso de los mozos, no hacerlo genera controversias. Pero incluso allí, hay personas que se niegan sistemáticamente a pagarla. ¿Qué dice la ciencia sobre este comportamiento?

Ahora también se puede dar por billeteras virtuales.
Ahora también se puede dar por billeteras virtuales.

El investigador Michael Lynn, experto en comportamiento del consumidor de la Universidad de Cornell, lleva décadas estudiando el tema. Sus investigaciones, publicadas en Journal of Applied Social Psychology, muestran que rasgos como el autoritarismo, el narcisismo o la baja empatía están correlacionados con una menor disposición a dejar propinas. En otras palabras, quienes menos se identifican con el otro o muestran rigidez en sus valores suelen ser los que menos propinas dejan.

El poder detrás del gesto

Otra explicación posible viene de la mano de los investigadores Seiter y Gass, quienes demostraron que algunas personas utilizan el acto de no dejar propina como una forma de ejercer control o manifestar una diferencia de estatus. En esos casos, el gesto no es económico, sino que simbólico: es una forma de marcar jerarquía.

Tres cordobeses desarrollaron una aplicación para poder dejar propina de manera electrónica. (Tipeando)
Tres cordobeses desarrollaron una aplicación para poder dejar propina de manera electrónica. (Tipeando)

En Argentina, donde la propina no es obligatoria, pero sí habitual en bares y restaurantes, estos factores también pueden influir. Aunque muchas personas la consideran un “reconocimiento justo”, otros la rechazan, por principio, por insatisfacción con el servicio o por considerar injusto que el sueldo del trabajador dependa del cliente.

El rol de la cultura y las creencias

Desde la psicología intercultural se ha demostrado que en países donde la propina está incluida en el precio (como Japón o algunos países europeos), no dejarla no es mal visto. En cambio, en sociedades donde se espera una recompensa adicional por el servicio —como en Estados Unidos o parte de América Latina— no hacerlo puede ser interpretado como una señal de desdén o egoísmo.

Sin embargo, también hay quienes se niegan a dejar propina por una razón ética. Algunos consumidores creen que el sistema de propinas perpetúa la precarización laboral y prefieren abogar por sueldos fijos y justos, en lugar de reforzar un modelo que consideran injusto.

No todo es blanco o negro

La decisión de dejar (o no) propina no siempre refleja una actitud negativa. Estudios de Lynn y Grassman (1990) mostraron que factores como el ingreso, la edad, el género e incluso el estado de ánimo influyen notablemente en este comportamiento. Una mala experiencia, una situación económica ajustada o simplemente un mal día pueden inclinar la balanza.