Vecinos de Colonia Delicia marcharon pidiendo que se investigue la muerte de tres personas por una descarga eléctrica

El hecho ocurrió el pasado sábado que se cobró la vida de Norma Bergara (51), su hija Marcela Schonholzer (24) y su yerno Gustavo Ayala (32). El domingo por la tarde hasta ayer, realizaron distintas marchas por la ruta nacional 12 en reclamo de Justicia.

Vecinos de Colonia Delicia marcharon pidiendo que se investigue la muerte de tres personas por una descarga eléctrica.
Vecinos de Colonia Delicia marcharon pidiendo que se investigue la muerte de tres personas por una descarga eléctrica. Foto: El territorio

Vecinos de Colonia Delicia sigue conmocionados por el fallecimiento de tres personas en el barrio del Kilómetro 4, a causa de una descarga eléctrica. El hecho ocurrió el pasado sábado, sin embargo, los lugareños piden a la justicia que se investigue más a fondo, ya que creen que la descarga superaba los 220 KW.

Las víctimas fatales son Norma Bergara (51), quien falleció a causa de una fuerte descarga eléctrica que recibió mientras descansaba en la habitación de su casa, la tragedia también alcanzó a su hija Marcela Schonholzer (24) y su yerno Gustavo Ayala (32), quienes intentaron socorrer a la mujer y murieron en el intento.

Desde el domingo por la tarde hasta ayer martes, un importante número de vecinos del citado barrio, realizaron distintas marchas por la ruta nacional 12 en reclamo de Justicia, exigiendo que alguna autoridad se haga responsable por lo sucedido.

En medio del dolor por la tragedia que atraviesa de forma directa a dos familias, y toda la comunidad de Colonia Delicia, Jesús Ayala, hermano del agricultor que murió en su intento por salvar a su pareja y a su suegra, sumó más detalles del terrible momento que le tocó presenciar junto a tantos otros familiares y vecinos de la zona, quienes fueron los primeros en asistir y trasladar a las víctimas.

“Ponete en mi lugar y vas a entender lo que es sufrir como estoy yo en este momento, uno se siente muy impotente. Uno en la desesperación hace todo lo posible para salvar a un hermano, hice reanimación pero ya vimos por la forma que estaba quemado que estaba muy mal, la descarga le hizo un hueco en la pierna, había olor a cabello quemado, a cable quemado, la descarga no fue de 220, fue grandísima”, recordó.

Contó además que su hermano vivía junto a Marcela en la localidad de Pozo Azul, de donde ambos eran oriundos y que el último fin de semana habían llegado de visita para pasar el feriado largo por carnaval. Añadió también que se dedicaba a realizar changas en la chacra y que era una persona muy trabajadora.

La tragedia dejó a dos niños sin sus padres, y sin su abuela, quien era la que se encargaba de cuidarlos ya que sus padres trabajaban gran parte del día. Jesús indicó que ambos, el mayor de 9 años y el más chico que en abril cumple 4, presenciaron toda la secuencia.

“Los hijos de mi hermano presenciaron todo, los hijos de la señora que murió también, ellos vieron los cuerpos cuando los sacamos de la casa”, contó el entrevistado y al mismo tiempo agregó que “el daño psicológico que tienen es muy grande, el más chiquito piensa que su mamá se fue al hospital, pero el más grande vio todo y sabe que sus padres y su abuela fallecieron”.

Jesús comentó que la intención de sus allegados era realizar “una marcha pacífica, una caminata con velas para que se arregle el tema de la energía porque la gente se siente con mucha inseguridad. La única forma de que den la cara es hacer una marcha, somos vecinos y tenemos derecho a manifestarnos”.

Además, el familia aprovechó el momento para aclarar, con dolor e indignación, algunas versiones que indicaban que la familia afectada estaba conectada de forma clandestina al servicio de energía eléctrica y que también usurparon el terreno. Remarcó que siempre se estuvo al día y en regla con todo lo que significa la conectividad de energía en el barrio.

“Hasta ahora no puedo dormir a la noche, en el hospital vi cosas y hay cosas que no salen de mi cabeza que hasta hoy no dejo de recordar, tengo un nudo en el pecho y en la garganta”, recordó casi entre lágrimas el entrevistado al final de su relato.

Fuente: El Territorio