Crimen del peluquero: se conocieron imágenes de la huida del asesino y sus últimas palabras antes de disparar

Este lunes se difundieron más videos del asesinato. Además, se supo cuál fue la conversación previa al fatal desenlace.

Crimen del peluquero: se conocieron imágenes de la huida del asesino y sus últimas palabras antes de disparar
El asesino en pleno escape

Se conocieron nuevos videos del crimen del peluquero de Recoleta, más precisamente el del momento de la huida del asesino. También se supo cuál fue la última palabra que pronunció antes de disparar.

Luego de dispararle a Germán Medina, a Abel Guzmán se lo observa dando vueltas nervioso por el salón, hablando, señalando, pero ya sin el arma en la mano.

Se ve a sus compañeros también caminando sin rumbo, shockeados por la situación. Los que no aparecen en la escena son Verdini y la mujer. Según trascendió, el dueño de la peluquería se habría escondido en su oficina tras el disparo.

Luego de varias idas y vueltas por el lugar, se observa cómo Guzmán agarra su mochila y el hombre de gorra le abre la ventana por donde finalmente escapa. La cámara de la vereda toma también el momento en que salta y corre hacia su auto.

Cómo fue la conversación previa al crimen

Además, en el noticiero Mediodía Noticias (eltrece) realizaron una lectura de labios del momento previo al crimen. En la secuencia es Juan Verdini, el dueño de la peluquería, es quien conversa con Guzmán hasta el momento en que saca el arma de la cintura y la carga.

Tras eso se observa que la única mujer en la escena se levanta de la silla y el asesino le ordena que se siente: “Sentate ahí, sentate ahí”, le dice.

Entonces se vuelve a dirigir a Verdini a quien le dice “hace rato te buscaba”. La tensión comienza a escalar y cuando el dueño busca acercarse a Guzmán este le dice: “Te quedás ahí, es con él”, en referencia a Medina.

Entonces, antes del fatal desenlace, miró a la víctima y le pidió: “Mirame”. Fue la única palabra que medió antes de dispararle a sangre fría.

Las hipótesis de los investigadores hablan de un mal vínculo laboral y una venganza. La víctima le habría comentado a Verdini que el asesino estaba cometiendo una falta en su labor, por lo que fue bajado de categoría. Tras eso, el dueño decidió que sea Medina quien lo reemplace.