Rumbos
"Ellas, las heroínas", por Cristina Bajo
Mariquita comenzó el siglo negándose al casamiento que querían imponerle sus padres: tanto el Virrey como el Obispo la apoyaron.
Mariquita comenzó el siglo negándose al casamiento que querían imponerle sus padres: tanto el Virrey como el Obispo la apoyaron.
Morgana odiaba a Merlín. Por eso, envía al hada Vivianne para que, haciéndose pasar por su discípula, lo engañe y lo encierre en una gruta de cristal.
Ando con ganas de comprar pinturas y pinceles... No pensando en una obra de arte, sino en matizar a una flor buscando el color justo.
Entre las historias nacidas de la conquista, hay algunas de nativas que se enamoraron de españoles, y otras de mujeres blancas que amaron a indios.
Para los celtas, el Anam Cara era un amigo espiritual con el que estamos unidos más allá de la vida y la muerte.
Las charlas nocturnas son distintas... Frente a una fogata, se abre la imaginación y se apaga el temor.
Atesoremos las recetas en un cuaderno... Tengo la certeza de que nuestros nietos se pelearán por ellas.
A veces doy con palabras olvidadas que me llevan a escribir un cuento sólo por las ganas inmensas de usarlas.
El idioma es un organismo vivo, que envejece y rejuvenece... Y todo esto sucede al mismo tiempo.
En una de esas ferias de usados, mi amigo encontró un filme de John Huston, un cepillo victoriano y varios discos de Elvis.
Borges lo sabía: más allá de lo que digan incrédulos y descreídos, los gatos nos conectan con cosas inexplicables.
Aunque se le atribuye a Lugones, la primera que se dedicó al género de terror en la Argentina fue Juana Manuela Gorriti.
El horror que no puede tocarnos, ese que nos ataca desde el cine o un libro, fascina a la humanidad desde la época de la caverna.
Botticelli, quien desinteresadamente la amó, al concluir El nacimiento de Venus, pidió ser enterrado a sus pies.
Si hablamos de supersticiones, debo reconocer que, aún hoy, no me gusta que entren a casa con el paraguas abierto.
Recetas del viejo libro de cocina que mi bisabuela trajo de España, editado en la segunda mitad del s. XIX.
Las novelas policiales son ideales para leer en verano. Y, de paso, podemos ir siguiendo sus versiones llevadas al cine o a la tevé.
Les propongo un postre en honor a Vivien Leigh, en su papel de Scarlett OHara, en el filme "Lo que el viento se llevó".
Sesenta años después, leyendo un poema, recordé aquel enero en que mamá y papá nos enseñaron a ver las estrellas en el cielo.
Con la cercanía de las fiestas y preparándonos para el verano, se me ocurrió hacer una nota sobre tragos de verano.