Cuba: el informe de Human Rights Watch denuncia brutales represiones tras las protestas del 11 de julio

Se detallan abusos de poder, represiones, maltratos, violencia de género, juicios represivos e incluso tener que hacer sentadillas desnudos, entre otros tantos abusos.

Las manifestaciones opositoras en Cuba terminaron con miles de personas apresadas. Foto Corresponsalía.
Las manifestaciones opositoras en Cuba terminaron con miles de personas apresadas. Foto Corresponsalía.

Un informe realizado por Human Rights Watch (HRW) el martes pasado acusa al gobierno de Cuba por llevar adelante una serie sistemática de arrestos arbitrarios y maltratos a los detenidos por la protestas pacíficas que se dieron en la isla el 11 de julio de este año.

//Mirá también: El director de Human Rights Watch apuntó contra Alberto Fernández por no opinar “sobre las violaciones de derechos humanos” en Latinoamérica

Jóvenes comunistas protestaron por la "paz y tranquilidad" en Cuba. Archivo
Jóvenes comunistas protestaron por la "paz y tranquilidad" en Cuba. Archivo

La ONG denunció una gran estrategia represiva por parte del Gobierno de Cuba con el objetivo de infundir miedo en la población.

Juan Pappier, investigador para las Américas de HRW, dijo: “Cuando miles de cubanos salieron a las calles en julio, el gobierno respondió desplegando una brutal estrategia de represión destinada a infundir miedo entre la población y reprimir el disenso”.

Y según el informe de Human Rights Watch, se han detectado patrones constantes de abusos por parte de diferentes fuerzas de seguridad y en distintos sitios de Cuba, lo que termina planteando la situación que esta fuerza de poder está deliberadamente promovida por las autoridades de Cuba en pos de reprimir las protestas. Esto es lo que sostiene la ONG.

¿Qué sucedió el pasado 11 de julio?

El pasado 11 de julio miles de cubanos salieron a protestar a las calles de todas partes de la isla con el objetivo de participar en manifestaciones históricas para el país.

El objetivo de las protestas era hacer visible las violaciones de derechos humanos que sufren hace décadas en Cuba, así como la escasez de medicamentos y comida. También mostraron su desacuerdo por las medidas que el Gobierno tomó sobre la pandemia de coronavirus.

Fue allí cuando las autoridades cubanas arrestaron a cientos de manifestantes y transeúntes. Las cifras que se dieron a conocer, hablan de más de 1.000 detenidos, de los cuales la mitad, 500, siguen presos, y otros tantos permanecen bajo arresto domiciliario, según informó HRW.

Además de los maltratos sistemáticos y estas detenciones arbitrarias, el informe denuncia los procesos penales abusivos que tuvieron que enfrentar muchos cubanos tras este 11 de julio.

Lo que el informe muestra

A través de este informe, se han documentado al detalle las violaciones a los derechos humanos que padecen varios cubanos, además de los ya mencionados maltratos físicos y psicológicos, como también los procesos penales arbitrarios.

Se incluye información acerca de 130 víctimas, dispersas en 13 de las 15 provincias con las que cuenta el país en total.

A su vez, HRW entrevistó a personas vinculadas o allegadas con los detenidos, entre ellos familiares, periodistas, activistas y abogados, como también investigó documentos judiciales, en donde se evidencias multas para los manifestantes.

Las protestas del 11 de julio se dieron en todos los rincones de Cuba. (AP).
Las protestas del 11 de julio se dieron en todos los rincones de Cuba. (AP).

La HRW llegó a la conclusión que muchos de los funcionarios implicados en los abusos, son miembros de la inteligencia cubana, lo que en la isla son conocidos como la seguridad del Estado.

También la policía nacional, los militares y la brigada especial del ministerio del Interior estarían implicados. A su vez, las “brigadas de respuesta rápida”, un grupo de civiles reclutados por el Gobierno, habrían sido responsables de diversas golpizas hacia los manifestantes.

También el informe denuncia a fiscales y jueces que habrían sido cómplices de procesos penales abusivos.

Los pedidos de Miguel Díaz-Canel

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, tras desatarse los conflictos del pasado 11 de julio, le pidió a las fuerzas de seguridad y a sus partidarios que respondieran a las protestas con violencia.

“Convocamos a todos los revolucionarios a salir a las calles a defender la revolución. (...) La orden de combate está dada”, reclamó el presidente.

Asimismo, lo que HRW denunció es que en esa jornada, se interrumpieron los servicios de internet en el país y también se vieron restringidas las redes sociales.

Díaz-Canel instó a sus seguidores a defender al Gobierno: "La orden de combate está dada".
Díaz-Canel instó a sus seguidores a defender al Gobierno: "La orden de combate está dada".

Violencia de género, muerte y condiciones nefastas

“Manifestantes pacíficos y otros críticos han sido sistemáticamente detenidos, incomunicados, sometidos a abusos en condiciones carcelarias nefastas, y juzgados en procesos que son una verdadera farsa”. Esto fue pronunciado por Juan Pappier, el investigador para las Américas de HRW.

Además se han denunciado abusos rutinarios brutales para con los manifestantes detenidos, los que incluyen violencia de género. Y un manifestante murió.

Se trata de Diubis Laurencio Tejeda, de 36 años, quien falleció el pasado 12 de julio durante una manifestación. Según el Observatorio Cubano de Derechos Humanos, una organización no gubernamental, un policía le habría disparado por la espalda al joven de 36 años.

Hay que recordar que las manifestaciones se dieron en tono pacífico antes de la intervención de las fuerzas de seguridad, al grito de ¡Libertad! y ¡Patria y vida! y que la mayoría de los apresados lo fueron por haber sido acusados de arrojar piedras.

Más aberraciones

Lo que también pudo detallar el informe fueron una serie de sucesos que debieron o deben atravesar las personas presas.

Policías vestidos de civil detienen a un manifestante contra la dictadura. (AP).
Policías vestidos de civil detienen a un manifestante contra la dictadura. (AP).

Entre ellos se muestra que muchos permanecieron incomunicados durante semanas, recibiendo maltratos físicos y en otros casos, se vieron obligados a hacer sentadillas desnudos.

También se detalla que a muchos no se les dejaba dormir y otros tantos fueron encerrados en celdas sin luz natural.

Además, fueron permanentemente interrogados, muchas veces cuestionándolos por la “organización” o el “financiamiento” con el que contaban por haber participado de las manifestaciones.