Gas Natural Licuado: la nueva tecnología con la que reactivan yacimientos abandonados

La reactivación de un pozo abandonado en Malargüe hace 25 años es la puerta para detener la caída de producción gasífera en Mendoza. Nueva tecnología y menores costos.

Planta de gas en Malargüe.
Planta de gas en Malargüe.

La reactivación de Camulco, un yacimiento de gas abandonado en Malargüe reavivó las esperanzas detener la caída en la producción gasífera en Mendoza e iniciar un nuevo ciclo con tecnología renovada: la explotación y trasporte de Gas Natural Licuado.

Uno de los inconvenientes que presenta la producción gas natural es el alto costo para transportarlo ya que se debe construir un gasoducto.

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Con la nueva tecnología, el gas se puede licuar y así transportarlo en camiones lo que abarata considerablemente los costos.

El yacimiento a 160 kilómetros de Malargüe ciudad fue abandonado en 1996 y se reactivó el año pasado con instalaciones de GNL.

Después de 25 años Camulco volvió a producir y actualmente genera 40.000 m3 de ganas natural licuado por día.

El gas se licúa a 160 grados bajo cero y después se lleva a través de camiones a la Central Térmica de Anchoris (Luján de Cuyo), que a su vez produce energía eléctrica capaz de abastecer a 125 mil usuarios.

Así lo explicaron desde la Empresa Mendocina de Energía (Emesa), empresa privada con participación estatal mayoritaria. Su presidente, Pablo Magistocchi, remarcó que el gas es el principal combustible de Argentina y que es un 60% de lo que queman las centrales térmicas para generar electricidad.

“Cuando tenías un reservorio con gas de calidad, si no estabas cerca de un gasoducto no tenías cómo despacharlo. En los años 90, cuando encontraban gas en Mendoza, muchas veces lo declaraban como reserva de gas y quedaban cerrados, como Calmuco”, comentó Magistocchi. Además, en muchos yacimientos petrolíferos se venteaba el gas y se perdía sin poder aprovecharlo.

El proyecto mendocino se generará en conjunto entre Emesa y el Grupo Galileo. Osvaldo del Campo, CEO de Galileo Technologies y presidente del Grupo Galileo, comentó que se han sentido muy respaldados por las instituciones de Mendoza y que eso permitió, en 2017, iniciar este proyecto a través de la central de Anchoris.

“Hoy trabajamos con todo el sistema de producción en los pozos de Malargüe. Tomamos gas de pozos que fueron perforados y nunca puestos en valor. A través de la tecnología de GNL, podemos aprovechar estos pozos y obtener un gas que se consume en Anchoris”, explicó del Campo.

El CEO de Galileo reconoció que las reservas “son un poco limitadas en Mendoza”, pero destacó que pueden captar pozos pequeños que habían quedado dispersos y ponerlos en valor. “Tenemos planes bastante activos. Son pozos que ahora están conectados a través del gasoducto virtual con industrias en el país. Recién empezó, pero se ve promisorio hacia adelante”, subrayó del Campo.

También dio su mirada el intendente de Malargüe, Juan Manuel Ojeda, para quien la reactivación representa un nuevo e incipiente desarrollo del gas: “La zona de Calmuco durante mucho tiempo estuvo cerrada porque buscaban petróleo y encontraban gas, y el mercado no acompañaba el desarrollo”. Además, destacó planes provinciales como Mendoza Activa Hidrocarburos para recuperar pozos abandonados.

Ojeda recordó que Malargüe produce más del 90% del gas mendocino y que, si bien no otorga grandes regalías como el petróleo, sí genera mucho trabajo a nivel local. “Si no estuviera el yacimiento de Calmuco, esa zona estaría paralizada. Es una producción incipiente, pero es un buen inicio”, sostuvo.

Además, el intendente malargüino valoró que el gas se transporte para generar energía eléctrica en otro municipio de Mendoza: “El gas producido y el valor agregado al transformarlo en energía eléctrica, es un multiplicador importante para la provincia. No es que se vende en un zepelín afuera y no lo aprovechamos”.

Proyectos

Una posibilidad en estudio es la de alimentar Uspallata en base a GNL, una localidad que cuenta con red eléctrica pero no red de gas. En un estudio que realizó Emesa con el BID se relevó en un censo energético que la mayor necesidad de energía es para calefaccionar los ambientes en invierno, y actualmente se utiliza gas de garrafa (que no es GNL), electricidad y leña.

Pablo Magistocchi señaló que la demanda de electricidad ha crecido más que la oferta en Uspallata y estudian la viabilidad de abastecerla con GNL. Lo negativo -advirtió- es que esto tiene una complicación logística y falta la reglamentación del Enargas de cómo abastecer redes domiciliarias con GNL.

Respecto del proyecto de Uspallata, el CEO de Galileo recordó que este gas puede servir a una población para calefacción o para generar energía eléctrica. “En ambos casos estamos viendo de hacer un proyecto en Uspallata que tiene un déficit energético importante”, sostuvo Osvaldo del Campo.

El empresario comentó que muchos años se ha buscado la forma de vincular a esta localidad desconectada de los gasoductos y cree que con GNL se podría lograr. “Mañana mismo podemos llevar el gas. Lo complicado es hacer la red de distribución para que llegue a la gente”, apuntó el CEO de Galileo.

Respecto de otros proyectos, del Campo cree que aún hay camino por delante: “Estamos buscando yacimientos. Como país necesitamos gas y queremos poner en funcionamiento lo que haya disponible. Hay gas de Calmuco, otros pozos en Mendoza y más en Neuquén”.

Por su parte, Juan Manuel Ojeda consideró que esta tecnología ayudará a reactivar otros pozos que antes no eran rentables y señaló que en la zona industrial de Malargüe están armando un cargadero de GNL para vehículos especiales. El intendente destacó además su mejor rendimiento respecto de otros combustibles, como gasoil.

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“Sería interesante que el GNL esté a disposición de los usuarios. Es más amigable con el medio ambiente y tiene un costo 40% más bajo que el gasoil. Esta energía se podría usar en varios motores, desde vehículos hasta pozos de agua en las fincas”, afirmó Ojeda.

Para eso, insistió el intendente malargüino, habría que armar una estructura de comercialización y un plan de inversiones para que cada interesado pueda tener su reservorio, como ocurre actualmente en Chile. “Me imagino un escenario en que cada estancia agropecuaria, en vez de tener depósitos de combustibles, tenga sus propios generadores a partir de GNL”, apuntó Ojeda.

*Este texto fue publicado originalmente por Los Andes. Se reproduce aquí con la autorización correspondiente.