Nadia Podoroska superó octavos de final y el sábado juega su segundo partido en el torneo de Tyler

La tenista rosarina se enfrentará el sábado 29 de cotubre a la estadounidense Taylor Townsend por cuartos de final.

Nadia Podoroska sigue a paso firme en el torneo de Tyler
Nadia Podoroska sigue a paso firme en el torneo de Tyler

La tenista Nadia Podoroska venció en los octavos de final del torneo de Tyler a la estadounidense Katie Volynets por 6-4 y 7(7)-6(5) en una hora y 53 minutos de juego y avanzó a cuartos de final. El segundo partido de la rosarina estaba previsto para este viernes, pero se pasó para el día sábado a las 12:30 horas: se medirá ante la norteamericana Taylor Townsend.

En la última contienda, la argentina tuvo un 59% de efectividad en el primer servicio, 4 dobles faltas y logró ganar el 64% de los puntos al saque, mientras que la efectividad de su adversaria fue de un 77%, cometió 2 dobles faltas y logró el 57% de los puntos al saque. La jugadora estadounidense consiguió romper el saque 2 veces a su rival, mientras que la jugadora argentina lo logró en 3 ocasiones.

Podoroska, que se posiciona número 209 de la WTA, se enfrentará de esta manera a la número 186 por el torneo que tiene lugar del 24 al 30 de octubre sobre pista dura al aire libre. En esta competición participan un total de 56 tenistas.

Guillermina Naya, también tenista y pareja de “Nachu”, la apoya en todas las instancias de los torneos y esta vez no fue diferente: mientras la jugadora disputaba los octavos de final, Guillermina subió una foto a Instagram viendo el partido acompañada de un mate y la leyenda “ideal”, con un arroba a Podoroska.

Guillermina Naya alentó a Nadia Podoroska a la distancia
Guillermina Naya alentó a Nadia Podoroska a la distancia Foto: @guillerminanaya

Quién es Guillermina Naya, la novia de Nadia Podoroska

Guillermina nació el 27 de septiembre de 1996 en la ciudad de Chacabuco. Su vida era la de una niña normal, hasta que a los 3 años comenzó a tener serios problemas de salud derivados de una miopatía visceral, razón por la que pasó mucho tiempo de su infancia entre hospitales y médicos.

Esta afección la persiguió hasta los 7, cuando finalmente pudo curarse del todo. A los 11, con el organismo ya fortalecido, comenzó a jugar al tenis, donde rápidamente descolló entre las mejores.

Hoy Guillermina es la número 551 del mundo. “Y estoy más motivada que nunca”, reveló. “Soy tenista porque me apasiona el juego. Y el juego es sinónimo de infancia, aquella que me robaron los pinchazos, las lágrimas y los pasillos color gris hospital. ¡Mirá si no voy a tener ganas de jugar!”, agregó esta joven, llena de vida.