UCR vs PRO: el riesgo de debilitar Juntos por el Cambio

Los socios de la principal coalición opositora tensionan las disputas en varias provincias. ¿Esas internas fortalecen la alianza? Sin acuerdo entre los presidenciables, por ahora habrá PASO. El “factor Milei”.

Años atrás, el ex presidente Mauricio Macri junto a Maria Eugenia Vidal, Lilita Carrió y Horacio Rodríguez Larreta
Años atrás, el ex presidente Mauricio Macri junto a Maria Eugenia Vidal, Lilita Carrió y Horacio Rodríguez Larreta

Si no hubo un cambio de planes de último momento, hoy se volverán a encontrar Horacio Rodríguez Larreta y Gerardo Morales. El jefe de gobierno porteño, uno de los presidenciables del PRO, visitará al gobernador y presidenciable radical, con el carnaval como excusa, y en el marco de los movimientos electorales precompetitivos iniciados en enero en la Costa Atlántica y en Córdoba.

Estos movimientos se inscriben en las escaramuzas que se suceden en Juntos por el Cambios. En el PRO, Larreta, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal y Miguel Pichetto, explicitaron la decisión de pugnar por la candidatura presidencial. La indefinición de Mauricio Macri alimenta las especulaciones. En la UCR, Morales y Facundo Manes también se anotaron; Elisa Carrió avisó que también quiere competir.

Hace una semana, conocido el triunfo radical sobre el PRO en las PASO de La Pampa, Gerardo Morales reclamó respeto hacia la UCR y pidió no ser ninguneado. Se supo después que el 15 de marzo lanzará su candidatura presidencial en un estadio cubierto porteño.

La victoria radical en la interna de una provincia donde PJ es favorito fue exagerada en su interpretación, y hasta lo reconocen en el radicalismo.

“La Pampa nos muestra que tenemos que hacer construcciones inteligentes en las provincias y no ir a internas porque sí”, sostienen en el radicalismo. Entienden que el dominio radical allí era muy obvio como para gastar energías en unas PASO en vez de “armar un mejor esquema, como lo haría una coalición”.

Le apuntan al PRO por impulsar competencias “innecesarias” con la UCR en las provincias, que pueden terminar conspirando con un armado nacional. Mencionan las crisis de Juntos en Neuquén y Río Negro; también nombran la pulseada De Marchi-Cornejo en Mendoza, o la feroz interna en Misiones que enfrenta en el PRO a los hermanos Schiavoni. “En esas provincias y en otras como Tierra del Fuego, Chubut, La Rioja y Salta se pueden trabajar mejores esquemas”, dicen los radicales.

“La idea de Gerardo es muy clara: un programa, distribución de responsabilidades de gobierno y fórmula cruzada. Así tendremos un gobierno de coalición y no una alianza electoral”, dijo a este medio un radical que trabaja con Morales.

“Yo creo que conformar fórmulas cruzadas nos va a permitir garantizar gobiernos de coalición, lo que no tuvimos entre 2015 y 2019. La coalición funcionó solo en el Congreso y no en la gestión del Gobierno. Me parece que es el camino”, subrayó.

Lo cierto es que este miércoles Rodríguez Larreta presentará su candidatura presidencial, sin haber acordado aún quién será su compañero de fórmula. Patricia Bullrich, en cambio, pisó el freno de su campaña. Desde su entorno dijeron que el clima social y económico demanda otra respuesta política, y la campaña puede esperar.

En el entorno de Martín Lousteau, líder de Evolución, el otro gran sector de la UCR, entienden que la interna pampeana de Juntos dejó un par de lecciones. Una, que el radicalismo de hoy no es la UCR debilitada de 2015, que no contaba con gobernadores. También demostró que “las identidades locales y los laburos en el territorio tienen valor”. Y agregan: “así como la UCR de ahora no es la misma que la de 2015, el PRO tampoco es el mismo; Macri ya no es un fenómeno indiscutido como entonces, por ejemplo”.

Aluden también a una frase que dejó el cordobés Rodrigo de Loredo, en un acto de Juntos del año pasado: “el federalismo real en términos de territorio, de gestiones municipales, lo aporta el radicalismo”. Ese activo, salvo algunos distritos, no lo tiene el PRO. “Quedó demostrado en La Pampa”, dicen.

En la UCR están viendo un crecimiento de Javier Milei, que califican de “peligroso”. “La interna del PRO está expulsando votos de Juntos hacia Milei; los halcones del PRO son piantavotos”, dicen. Coinciden con el análisis de los encuestadores: “los números de Milei no solo son un voto castigo para el gobierno, sino que también para Juntos”.

Según coinciden la mayoría de las encuestas, los precandidatos presidenciales del PRO le llevan una diferencia notable a Gerardo Morales y a su correligionario (un outsider en su propio partido) Facundo Manes.

“Larreta mide mejor en CABA y Buenos Aires y con eso le alcanza para superar la ventaja que Bullrich tiene en distritos pequeños. Y la UCR, pese al valor simbólica que tiene Morales en el escenario político, no alcanza para imponer una candidatura de alcance nacional”, evaluó el analista político, Gustavo Córdoba, en charla con este diario.

“La UCR creció en estructuras regionales, pero no ha logrado consolidar a un dirigente nacional como Larreta o Bullrich. Y al PRO le pasa al revés. Tiene dirigentes nacionales pero no provinciales, salvo (Rogelio) Frigerio en Entre Ríos”, apuntó Córdoba.

Cree que el PRO y la UCR pueden complementarse. Valoriza el papel que puede tener el radicalismo en la recuperación de capitales provinciales como Córdoba, Paraná o Viedma.

Alude, entonces, a la necesidad de echar mano a “las fórmulas cruzadas”, no solo a nivel presidencial, sino también en las provincias.

Gustavo Córdoba ve que, en las encuestas, un 75 por ciento se inclina por un cambio, pero ese número no se transforma en votos para Juntos. Entra en juego, entonces, el “facto Milei”.

“Veo un escenario electoral de tercios para la primera vuelta”, dice. El Frente de Todos, Juntos y Milei -cuyo partido, Libertad Avanza, enfrenta desde hace unos días denuncias internas por tráfico de “favores sexuales”-.

La resolución ante el escenario de tercios, entiende Córdoba, dependerá de las estrategias de cada sector de cómo afronten las primarias. “Los mejores candidatos son los que menos rechazo tienen, por lo que hay que pensar la política desde la segunda vuelta y no desde las PASO o la primera vuelta de octubre”, estimó.