A 33 años de la Ley de Convertibilidad: ¿en qué se parece aquella época con la actualidad?

A finales de marzo de 1991, el Congreso Nacional aprobaba la ley que popularmente se conoció como el “uno a uno” propuesta por el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo.

La Ley de Convertibilidad se aprobó el 27 de marzo de 1991.
La Ley de Convertibilidad se aprobó el 27 de marzo de 1991. Foto: Web

Hace 33 años el Congreso de la Nación y por iniciativa del por entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, aprobaba la Ley de Convertibilidad en nuestro país. Un peso pasaba a valer un dólar. Un debate que tres décadas después, y con la asunción de Javier Milei al gobierno, vuelve a ponerse sobre la mesa.

Si bien lo que se propone en esta inédita gestión de La Libertad Avanza dista de lo que se puso en marcha durante las presidencias de Carlos Saúl Menem, la discusión estriba en entender qué es lo que sucede con la inflación y cómo afecta a los mercados, influyendo directamente en el bolsillo de los argentinos. Una problemática presente a principios de los ‘90 y más que actual promediando la década del 2020.

Carlos Menem junto a Domingo Cavallo.
Carlos Menem junto a Domingo Cavallo. Foto: Web

En ese sentido, resulta útil entender por qué, hace 33 años, el Congreso aprobó un 27 de marzo de 1991 la Ley de Convertibilidad en nuestro país.

Ley de Convertibilidad y el contexto histórico de la Argentina

Formalmente conocida como Convertibilidad del Austral, Ley N° 23.928, esta ley monetaria establecía la paridad entre la moneda peso y la moneda dólar estadounidense, lo que se conoció popularmente como el “uno a uno”.

Cabe recordar que en ese momento, la relación cambiaria estaba a razón de un dólar igual a 10 mil australes.

Domingo Cavallo propuso y ejecutó la Ley de Convertibilidad.
Domingo Cavallo propuso y ejecutó la Ley de Convertibilidad. Foto: Web

Previo a esto, y las décadas anteriores, la Argentina se caracterizó por tener una tasa promedio anual del 25% (a razón del 2% mensual), entre los años 1945 y 1971. La salvedad fue un pico mayor del 113% durante el gobierno de Arturo Frondizi.

Ya con el desembarco de la última dictadura militar, entre los años 1976 y 1983, el descalabro económico primó, con un fuerte endeudamiento internacional.

Durante la gestión del radical Raúl Alfonsín, se recuperó la democracia, aunque no fue así el tema de la economía, llegando a períodos de hiperinflación, lo que precipitó la caída del presidente electo y la asunción de Carlos Menem en 1989, con quien a posteriori se implementaría este plan económico de la Convertibilidad.

Gasto Público y PBI: los temas de los que vuelven a hablar los argentinos

Similitudes y diferencias hay entre el período previo a la implementación de la Convertibilidad y la situación económica actual.

A mediados de la década de los ‘80 y principios de los ‘90, estos temas eran una de las preocupaciones permanentes de los economistas argentinos.

Para la salida del gobierno de Alfonsín (1989), el gasto público se situaba en el orden del 35,6% del Producto Bruto Interno (PBI) y el déficit fiscal ascendía al 7,6%. Si se señala el problema de la inflación, la interanual había subido un 3079%.

Con la llegada de Milei al poder e incluso durante su campaña presidencial, PBI y déficit fiscal fueron dos de los tópicos a los que más hizo referencia el por entonces candidato libertario.

Javier Milei quiere dolarizar la economía.
Javier Milei quiere dolarizar la economía. Foto: Política Argentina

Esto indica que en términos coyunturales, se pueden vislumbrar ciertas similitudes económicas con respecto a 30 años atrás.

La historia finalizó con la crisis del 2001 y el estallido social que se cobró la vida de cinco personas y que generó que el por entonces presidente de La Alianza, Fernando de la Rúa, debiese abandonar la Casa Rosada en helicóptero, en medio de escándalos políticos y económicos y un conflicto civil caratulado con el lema “Que se vayan todos”, la seguidilla de presidentes en poco más de una semana y el “Corralito”.

Tras 11 años de estar en vigencia, la Ley de Convertibilidad fue derogada en 2002, poniendo fin al famoso “uno a uno”.