Sin filtro, preaviso, ni indemnización: la historia de un despido del Estado por dentro

Natalia Landsberg trabajaba en el equipo de Comunicación del Ministerio de Ciencia y fue echada junto a 20 personas. Cómo se llevó a cabo el proceso.

Natalia fue despedida del Ministerio de Ciencia
Natalia fue despedida del Ministerio de Ciencia Foto: WEB

Natalia Landsberg trabajaba en el área de Comunicación del Ministerio de Ciencia desde marzo de 2013. El 31 de marzo fue su último día en el área: 20 personas, incluida ella, fueron despedidos.

Natalia fue despedida del Ministerio de Ciencia
Natalia fue despedida del Ministerio de Ciencia Foto: Instagram Natalia Landsberg

“El primer año estuve como monotributista. En enero de 2014 ya me pasaron a planta transitoria y estuve diez años con contratos de renovación anual”, cuenta Natalia, quien explica que esos contratos podían no renovarse, pero para ello era necesario un preaviso de 30 días. “No se cumplió”, asegura.

Antes de renunciar, Daniel Filmus, quien era ministro de Ciencia, les dejó contratos firmados por todo 2024, para que continuara todo el equipo de Comunicación.

“Nosotros hacíamos toda la comunicación del ministerio, de los organismos descentralizados, teníamos contacto permanente con Conicet, con la Comisión Nacional de Energía Atómica, Comisión Nacional de Actividades Espaciales. Había trabajos con universidades, laboratorios de todo el país.... Hacíamos redes, diseño gráfico, yo estaba en la parte audiovisual y hacíamos todos los vídeos de divulgación científica, de comunicación institucional y de divulgación de la gestión. También había un equipo de redacción contenidos y un equipo de monitoreo de medios”, puntualiza.

Qué pasó con la asunción del nuevo Gobierno

Natalia comenta que cuando asumió Javier Milei se redujo el contrato de la misma manera que como fue con la gestión de Mauricio Macri: de enero a marzo. En ese tiempo, se evaluaría caso por caso para ver quién seguía en una reducción de personal asegurada. Pero no fue así.

“Lo que se nos dijo fue que íbamos a tener entrevistas personalizadas para que evalúen nuestro trabajo y ver cómo seguíamos. Sabíamos que se iba a reducir el plantel. Pero nunca me hicieron la entrevista, nunca habló nadie conmigo. Nosotros nos quedamos sin nadie que ‘negociara’ por nosotros. Quedamos medio a ‘modo cooperativa’ y eso no funciona, menos con esta gestión”, cuenta.

Natalia fue despedida del Ministerio de Ciencia
Natalia fue despedida del Ministerio de Ciencia Foto: Instagram Natalia Landsberg

Sobre el día del despido, recuerda que fue el 15 de marzo. “Los chicos de diseño habían estado trabajando hasta las 18:30 hs. Yo estuve en la oficina hasta las 19 y empezaron a llegar los mails. Un viernes a las 19 hs y por mail”, detalla.

Dice que la nota fue enviada a 80 personas juntas para informar que no se iba a renovar el contrato. “Nosotros seguimos yendo los 8 días hábiles que nos quedaban. Durante esos días nadie habló con nosotros, nadie nos dijo nada”, señala.

Fueron 20 despidos en el área de Comunicación de Ciencia, sumados a otros 60 de otras áreas del mismo ministerio. “Todos juntos, la misma noche”, expresa.

¿Hay indemnización para los despedidos del Estado?

“Por contrato, no nos corresponde indemnización, eso es lo que dice el contrato que firmamos. Pero cada uno se fue asesorando con los abogados y la realidad es que la mayoría somos personas que ya teníamos entre 10 y 15 años de antigüedad. A la mayoría nos corresponde una indemnización porque nuestra contratación era ilegal a partir de los 5 años”, comenta Natalia.

Sucede también que en el caso especial de Comunicación tiene un modalidad poco favorable para los trabajadores. “No había perfiles de Comunicación dentro de lo que era el Ministerio de Ciencia para poder concursar a planta permanente y no te pueden pasar automáticamente. Entonces, básicamente, nosotros no teníamos plantas permanentes. Así que de hacer un juicio nos correspondería la indemnización por una relación laboral encubierta que tuvimos durante todos estos años”, dice.

En cuanto a los gremios señala que al momento “no están pudiendo hacer mucho”. “Están tratando de negociar reincorporaciones, pero la lista es infinita de personas para reincorporar. En ciencia no tenemos lugar, eso ya lo sabemos. No hay chance de que nos reincorporen ahí”, reconoce.

En tanto espera que, lejos de su profesión y su especialización, al menos pueda ser reincorporada para tareas administrativas. “Para tener un sueldo, pero eso también va a llevar tiempo. En resumen, salimos con una mano atrás y otra adelante”, dice. Considera que sí, en teoría, lo que se les va a pagar son las vacaciones no gozadas y el proporcional de medio aguinaldo. “Yo tenía dos meses pendientes de vacaciones, porque en comunicación el trabajo es así”, apunta.

La grata labor de comunicar ciencia

“Lo que más me llena es el vínculo que nosotros habíamos generado con la comunidad científica. Que todos nos conocían, porque íbamos a todos los eventos y les hacíamos notas. Yo he hablado en estos días con varios científicos que están todos muy tristes por lo que nos está pasando y por lo que les está pasando a ellos también, claramente”, destaca Natalia.

Al momento de recordar algún trabajo clave durante su tiempo en el ministerio destaca un documental que hicieron para el Banco de Datos Genéticos que trabaja con Abuelas de Plaza de Mayo en la restitución de nietos apropiados. “Hicimos un documental cuando el Banco cumplió 30 años. Fue un documental que a mí me llenó de orgullo”, recuerda.

También destacó otro documental sobre cannabis medicinal que hicieron el año pasado “Sé que es una de las mejores cosas que hicimos”, asegura.

“Con los científicos habíamos generado el vínculo para que ellos sepan que cuando hacían esas cosas maravillosas, nosotros podíamos contarlo. Historias de científicos que pueden ganar un Nobel y también las de pequeños laboratorios del interior. Poder contar eso para nosotros era maravilloso, más allá de aprender un montón y de admirarlos era la posibilidad de divulgar lo que hacen y que la gente se entere”, destaca.

Natalia es soltera, alquila un departamento, tiene que pagar un servicio de medicina privada por sus problemas de salud y está a cargo de su madre, quien quedó ciega de un ojo y es jubilada con el haber mínimo. “Todo depende de mí, no tengo absolutamente nadie que me diga ‘te banco con el alquiler un mes’”, enfatiza.