Voces que suman. Innovación y “pacto educativo” para ayudar a reducir brechas

En el primer panel del año del ciclo, cuatro especialistas debatieron el rol de las universidades frente las demandas emergentes del mercado laboral.

Conversación. En la charla participaron Victoria Galán (Unesco), Esteban Torre (Cippec), María Eugenia Scocco (US21) y Hugo Juri (ex rector de la UNC). Moderó el periodista Daniel Alonso, de La Voz. (Nicolás Bravo / La Voz)
Conversación. En la charla participaron Victoria Galán (Unesco), Esteban Torre (Cippec), María Eugenia Scocco (US21) y Hugo Juri (ex rector de la UNC). Moderó el periodista Daniel Alonso, de La Voz. (Nicolás Bravo / La Voz) Foto: Nicolas Bravo

Hay un consenso global sobre la necesidad de sostener la educación como un componente central en la agenda de los países. Es clave para el desarrollo social, para el económico y también para el institucional.

La Argentina, si bien está a la vanguardia regional en cobertura del ciclo secundario, afronta serios problemas en el egreso de los estudiantes y en los resultados de los aprendizajes.

A eso se le suman, aguas arriba, las demandas emergentes que presionan a las universidades y que provocan la necesidad de repensar la oferta como un todo.

En el inicio de un nuevo ciclo de “Voces que suman”, un panel de expertos abordó la problemática de la oferta educativa superior frente a la brecha de habilidades.

En la conversación participaron Victoria Galán (directora de Investigación y Análisis en el Instituto de la Unesco para la Educación Superior de América Latina y el Caribe), Hugo Juri (exrector de la Universidad Nacional de Córdoba), María Eugenia Scocco (decana de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Siglo 21) y Esteban Torre (director del programa de Educación de Cippec).

La actividad se transmitió, vía streaming, por las plataformas de La Voz, de Los Andes y de Vía País, además del canal de La Voz en YouTube.

Entre otros puntos, los especialistas coincidieron en la oportunidad de generar un “pacto educativo” que establezca objetivos, estrategias, compromiso de todas las partes y financiamiento.

También señalaron que alinear a las universidades con las demandas que surgen de la dinámica laboral implica innovar hacia adentro, para provocar los cambios que permitan generar un nuevo valor.

Galán opinó que, justamente, se les está pidiendo a las universidades “que añadan valor a la sociedad”. Al respecto, Juri consideró que, a nivel regional, el sistema no parece estar predispuesto en sus aspectos culturales, legislativos y académicos para dar ese tipo de respuesta. Pero algunas cosas están ocurriendo.

Punto de enlace

Uno de los ejes pasa por mejorar el diálogo en el punto de enlace entre el secundario y la universidad. En esa línea, Torre señaló que hay puntas desde las que se puede construir un pacto. “En un país en el que seis de cada 10 chicos son pobres, la educación es clave como pilar de desarrollo social, económico y democrático”, remarcó.

Agregó que, más allá de la cobertura masiva de la secundaria, hay que tener presente que egresa “apenas algo más del 50%” y que hay brechas importantes en los conocimientos adquiridos.

Entre los chicos más pobres, sólo llega a la universidad uno de cada 10, cuando en el decil de mayores ingresos ese nivel es casi la mitad. “La disparidad se va ensanchando durante el cursado”, añadió.

Torre aseguró que las pruebas Pisa y Aprender arrojan muchos datos valiosos que están subutilizados y que debe incrementarse el empleo de la “evidencia” para la “toma de decisiones”.

Por eso abogó por “repensar la escuela”, trabajar en formatos que “apuntalen” las habilidades de Lengua y Matemáticas, ofrecer trayectos en los que los estudiantes tomen decisiones y orienten intereses, y articular con el territorio.

Juri, por su parte, sostuvo que la universalización de la educación media fue una “epopeya”, pero que luego no hubo recursos para mantener el nivel.

“Alrededor del 20% elige la carrera que escoge el amigo y a los dos años se va alrededor del 70%. Los cursillos sirven para nivelar. Hubo un momento en el que las universidades se veían como ‘torres de marfil’ y creían que ese no era su problema. Pues eso cambió, se incorporó a los estudiantes aun sabiendo que la mitad no iba a poder sostener la carrera”, explicó.

María Eugenia Scocco, en tanto, instó a “plantear espacios de articulación” que puedan abordar los déficits de los ingresantes y, a la vez, las demandas laborales.

“Deben ser transversales, atendiendo tecnologías y escenarios de futuro para mostrar al alumno escenarios posibles. Hay que trabajar con sus propios perfiles de aprendizaje, consolidar fortalezas y abrir un abanico más amplio. Hay ciclos de nivelación puntuales, asociados a asignaturas duras y, además, formación transversal muy rica para el trayecto universitario y el desarrollo de competencias”, indicó.

Planteo. Durante la charla, los especialistas abogaron por profundizar las prácticas innovadoras en las universidades para generar nuevo valor. (Nicolás Bravo / La Voz)
Planteo. Durante la charla, los especialistas abogaron por profundizar las prácticas innovadoras en las universidades para generar nuevo valor. (Nicolás Bravo / La Voz) Foto: Nicolas Bravo

El desafío superior

Galán cree que la discusión sobre la educación universitaria también alcanza a la economía, al empleo y al desarrollo. Mencionó que en Latinoamérica hay altos porcentajes de egresados “inactivos, subempleados, desempleados y fuga de talentos”.

Y si bien las crisis han provocado reducciones en la inversión para educación, lamentó que se confunda “lo urgente con lo importante”, ya que “eso se nota años más tarde”.

Apuntó que, en la región, todavía hay un número considerable de universitarios de primera generación que eligen su carrera “no por un motivo racional, ni siquiera pensando en el mercado laboral”, sino por lo que en la familia esperan.

Por lo tanto, cuando se plantea un “alineamiento” con el mundo del trabajo, el desafío no pasa sólo por profundizar las prácticas. Las empresas requieren “habilidades transversales, que los profesionales se puedan enfocar en tareas que hoy no puede hacer la inteligencia artificial, que tengan flexibilidad para adaptarse, pensamiento crítico, resiliencia y que avancen en la solución de problemas complejos. Todo eso debe estar integrado en la currícula”, señaló.

Scocco apuntó que la coyuntura abre una oportunidad para “modificar” el modelo educativo y acomodarlo a escenarios futuros que cambian “de manera vertiginosa” y desafían al sistema público y privado a encarar “investigaciones coparticipativas, a trabajar en extensión, en innovación y en un modelo diferente de formación”.

Además, en los últimos años se han profundizado cambios en el perfil de los universitarios: hay cada vez más profesionales, lo que genera un desafío extra a las instituciones. “Es nodal la capacitación del docente, que se formó centrado en una disciplina y ahora hay que pensar alternativas de extensión, didáctica por competencias, innovación”, añadió.

Scocco ratificó que hay una demanda de trayectos “más cortos” y de certificar competencias que validen conocimientos que no vienen necesariamente de la universidad. “Articular, tener flexibilidad, amplitud y dinamismo son factores cruciales para responder a los intereses de las personas”, dijo.

Para Juri, no sólo se trata de aprender, sino de “desaprender”, de avanzar en el concepto de “educación para toda la vida”, con microcredenciales y créditos académicos.

“Las universidades tienen una presión desde arriba y también de los estudiantes, que son otros. No tenemos idea de adónde nos van a llevar los cambios, hay que innovar para adentro. Tiene que haber un pacto educativo”, sintetizó.

Pero hay reacciones. Galán destacó que se ofrecen carreras más cortas, porque “pasar cinco años es mucho y no garantiza todo. Cada vez hay más módulos, la posibilidad de salir y volver a continuar con otro trayecto, itinerarios flexibles”, enumeró.

Destacó que esa combinación es la que reclama el mercado laboral: “Sistemas más porosos que permitan entrar y salir con más frecuencia, tener más habilidades transversales, avanzar en la educación integral, ingresar al aprendizaje a lo largo de la vida. La innovación debe estar en muchos niveles, desde las pedagogías en el aula hasta la redefinición del rol del docente que ahora es facilitador. Integrar la tecnología como una herramienta, innovar en la estructura y reducir burocracia”, sostuvo.

El panel

Victoria Galán es directora de investigación y análisis en el Instituto de la Unesco para la Educación Superior de América Latina y el Caribe.
Victoria Galán es directora de investigación y análisis en el Instituto de la Unesco para la Educación Superior de América Latina y el Caribe. Foto: Nicolas Bravo

Victoria Galán: Se buscan habilidades transversales

Urge repensar el valor de la educación superior; la sociedad demanda más transparencia, llama a la responsabilidad social profesional, a que las universidades aporten más valor, que contribuyan al desarrollo. Cuando hablamos de alineamiento con el mercado laboral, no se trata de que la industria quiere más práctica. Se buscan habilidades transversales, que los profesionales se puedan enfocar en tareas que hoy no puede hacer la inteligencia artificial, que tengan flexibilidad para adaptarse, pensamiento crítico, resiliencia, capacidad de solución de problemas complejos. Todo debe estar integrado en la currícula. No se hace porque los docentes no tienen la capacitación para hacerlo. Hay cambios en marcha y otros en proceso, pero hay que entender que el conocimiento ya no lo monopoliza la universidad.

Hugo Juri fue tres veces rector de la Universidad Nacional de Córdoba.
Hugo Juri fue tres veces rector de la Universidad Nacional de Córdoba. Foto: Nicolas Bravo

Hugo Juri: Tenemos que innovar hacia adentro

Las universidades deben afrontar un cambio, estar predispuestas a hacerlo tanto cultural, como académicamente y también desde lo legislativo. En el mundo podríamos marcar dos alternativas para esa respuesta: una, la de la Unión Europea, que encaró el tema en un trabajo en conjunto entre los distintos países, y otra, en Latinoamérica, donde cada uno sigue con su modelo. Acá es importante dónde te “dejó la cigüeña”, por eso sirve la nivelación en las universidades públicas. En Córdoba hicimos Campus Norte, adonde van jóvenes docentes multidisciplinarios, donde se construye una escuela Proa, una escuela de oficios, donde están proyectadas 200 viviendas. Hay que innovar hacia adentro, la educación para toda la vida llegó para quedarse y las universidades enfrentan una presión desde arriba y otra desde abajo.

María Eugenia Scocco es la decana de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Siglo 21.
María Eugenia Scocco es la decana de Ciencias Humanas y Sociales de la Universidad Siglo 21. Foto: Nicolas Bravo

María Eugenia Scocco: El desafío es plantear trayectos educativos

El escenario laboral es complejo y el desafío es poner en juego trayectos educativos que les den a los alumnos la posibilidad de poder transitarlos con éxito. Se abre la oportunidad de modificar el modelo educativo, acomodarlo a contextos futuros que cambian de manera vertiginosa. Hay que plantear espacios de articulación que puedan leer los resultados de las pruebas de educación media, abordar esos déficits y, por el otro lado, atender las demandas laborales. Los abordajes deben ser transversales, trabajar con los distintos perfiles de aprendizaje, consolidar fortalezas y abrir un abanico de posibilidades. El mercado laboral quiere un profesional que pueda dar respuestas a problemas de su entorno, que sea capaz de trabajar en equipo, que piense en el mundo. En paralelo, no debemos olvidarnos del docente, que es crucial.

Esteban Torre está al frente del programa de educación del Cippec.
Esteban Torre está al frente del programa de educación del Cippec. Foto: Nicolas Bravo

Esteban Torre: Hay que volver a hacer atractiva la profesión docente

A nivel mundial hay un déficit de docentes y eso obliga a pensar políticas serias de formación y reclutamiento, hay que volver a hacer atractiva la profesión, devolverle el prestigio que tuvo. Tiene que haber un pacto educativo que contemple desde el compromiso político hasta el financiamiento sostenido a lo largo del tiempo, y un acuerdo en objetivos y en estrategias. A lo largo y ancho del país hay cuestiones interesantes: Córdoba con las escuelas Proa; Misiones con una transformación integral con eje en aprendizaje activo; Tucumán en el trabajo por proyectos. Hay puntas desde las que se puede construir ese pacto y hay que hacer uso de la evidencia para la toma de decisiones. En un momento en que seis de cada 10 chicos son pobres, la educación es clave como pilar de desarrollo social, económico y democrático.