El FMI mantuvo pauta de crecimiento en 4% para 2022 pero recortó a 2% para 2023

El Fondo Monetario Internacional (FMI) mantuvo su pauta de crecimiento para la actividad económica de la Argentina en 4% para 2022, pero recortó un punto la proyección para 2023, bajándola de 3% a 2%, respecto de lo que había previsto en abril y julio.

Alta inflación, ajuste y recesión: el panorama que avizora el FMI para la Argentina en el 2023

Estas nuevas cifras forman parte de la edición anual del informe de perspectivas económicas del FMI, publicado este martes con motivo de la reunión anual del Fondo y del Banco Mundial, que se celebra durante esta semana en Washington.

Para el Fondo, la tasa de crecimiento de Argentina viajará a una velocidad del 2% anual al menos hasta 2027. Esa tasa está por debajo del 2,4% previsto para América Latina para los próximos cinco años.

El Fondo mejoró en cinco décimas la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para este año en Latinoamérica y el Caribe, hasta un 3,5%. Pero redujo en tres décimas la previsión para 2023, hasta una expansión del 1,7%.

Las diferencias de este año con respecto a las previsiones anteriores pasan por una actividad más fuerte de lo esperado en la primera mitad de 2022 en varios países, como consecuencia de un contexto de fuertes alzas de precios de las materias primas.

Asimismo, el FMI tuvo en cuenta en sus previsiones para la región que las condiciones financieras todavía son favorables. Además, contempló la normalización pospandémica de la actividad en sectores de contacto intensivo.

Inflación

El organismo proyectó una pauta de inflación del 95% para este año, un dato menor al que esperan el mercado financiero y las consultoras económicas privadas, que ubicaron recientemente su proyección en 100,3%.

Por otro lado, el organismo proyectó una inflación del 60% para el 2023, un dato que está en línea con lo plasmado por el Gobierno de Alberto Fernández en el proyecto de Ley de Presupuesto que está discutiendo el Congreso Nacional.

De todas maneras, el Fondo elevó fuertemente al alza sus previsiones de inflación para la Argentina, dado que en abril había pronosticado una suba generalizada de precios del 48% para 2022 y del 42% para 2023.

Entre aquel informe y el presentado este martes hubo una fuerte aceleración de la inflación en el mundo entero y también en la Argentina, donde el ajuste mensual se duplicó y por ahora no muestra indicios de desaceleración.

Tras una pauta de desempleo del 8,7 en 2021, el Fondo prevé que la misma descenderá hasta el 6,9% este año, manteniéndose en ese nivel durante el 2023.

Por otro lado, el Fondo estimó que la Argentina tendrá este año un saldo en la cuenta corriente –que refleja el concepto de ahorro externo, es decir, el endeudamiento neto de una economía con respecto al resto del mundo- deficitario en 0,3 puntos del Producto Bruto Interno, respecto del revisado 1,4 de 2021.

Mundo: incertidumbre

La actividad económica mundial está experimentando una desaceleración generalizada y más pronunciada de lo esperado, con una inflación más alta que la registrada en varias décadas, dijo el FMI.

La crisis del costo de vida, el endurecimiento de las condiciones financieras en la mayoría de las regiones, la invasión rusa de Ucrania y la persistente pandemia de Covid-19 pesan mucho en las perspectivas, señaló el organismo.

Por ello, dijo que se prevé que el crecimiento mundial se desacelere del 6% en 2021 al 3,2% en 2022 y al 2,7% en 2023. Este es el perfil de crecimiento más débil desde 2001, excepto por la crisis financiera mundial y la fase aguda de la pandemia de Covid-19.

Se prevé que la inflación mundial aumente del 4,7 % en 2021 al 8,8 % en 2022, pero disminuya al 6,5% en 2023 y al 4,1% en 2024.

El Fondo dijo que la política monetaria debe mantener el rumbo para restaurar la estabilidad de precios, y la política fiscal debe apuntar a aliviar las presiones del costo de vida, manteniendo una postura lo suficientemente estricta alineada con la política monetaria.

“Las reformas estructurales pueden apoyar aún más la lucha contra la inflación al mejorar la productividad y aliviar las restricciones de suministro, mientras que la cooperación multilateral es necesaria para acelerar la transición hacia la energía verde y evitar la fragmentación”, dijo el FMI.