En el día de Córdoba, el festejo fue de Talleres de América

Para la historia. El triunfo sobre Colón lo situó entre los ocho mejores de la Copa Libertadores. Inolvidable.

Locurón. Talleres está entre los ocho mejores de América. (Ramiro Pereyra / La Voz)
Locurón. Talleres está entre los ocho mejores de América. (Ramiro Pereyra / La Voz) Foto: Ramiro Pereyra

Cordobesismo puro. Tallerazo. El 6 de julio que proyectó al fútbol de Córdoba en el mapa de los ocho mejores de América. Talleres derrotó a Colón por 2 a 0 en Santa Fe y materializó el sueño de clasificar por primera vez a los cuartos de Copa Libertadores. El día de Córdoba, la noche de Talleres.

Lo ganó con bravura, por Federico Girotti y por Angelo Martino en cada extremo de un segundo tiempo que los hinchas Albiazules atesorarán largo tiempo, porque es un triunfo grabado a fuego en las vitrinas del club.

Por eso al final los 11 de adentro, todos los del banco y los 2.000 del otro lado del alambrado se unieron en un abrazo del alma. Foso de por medio, y aunque fuera el Paraná mismo, nada frenaría la lucura T de una clasificación tremenda.

Un cordobazo. Porque Girotti vino de River pero se puso la camiseta al toque. Porque Caixinha será portugués y hablará ‘portuñol’, pero se le entiende clarito. Porque Rafa Pérez parece tallado a mano en barrio Jardín. Porque Favio Álvarez habrá vuelto platinado y mejicaneado, pero es más cordobés que La Cañada. Porque Guido Herrera nació en otro lado pero fijó en Talleres el domicilio de su corazón. Porque Diego Valoyes es un culiau nacido en Cartagena de Indias, un negro bien de los nuestros.

Entre los mejores

Allí están todos. Herrera abrazado en el piso y en éxtasis con Alan Aguerre, su competidor del puesto. Enzo Díaz trepado junto a la ilusión de todos los hinchas, Rodrigo Villagra devolviendo con litros de sudor los cánticos que corearon su nombre. Julio Buffarini en rol de referente pero más que todo de hincha, porque volvió por ser muy de Talleres.

Y Catalán que sacó todo ante la amenza Wanchope. Y Oliva que se pareció al Oliva por el que tanto insistió el Cacique Medina. Y Esquivel que, aunque el DNI diga otra cosa, seguro nació en Córdoba. Y Matías Godoy que por fin terminó una para que Girotti la hunda en la red.

Cordobazo. O Tallerazo. En julio da igual. Julio le cae bien al Albiazul, desde aquella final del siglo a este cuartos de final que es mundial. De Córdoba al G8 directo. Noche de copas, que nadie te despierte Talleres.